Cultura

'Piimienta Negra', la artista que habita las paredes de CdMx con corazones y sentimientos

Entrevista

Su tag y sus ilustraciones se encuentran por numerosas calles de la Ciudad de México. ¿Quién es? ¿Por qué lo hace? Las respuestas en esta entrevista exclusiva con MILENIO.

Extiende la ilustración sobre el suelo en segundos, con la figura de una paleta con forma de corazón mirando hacia el piso. Luego, de su morral negro, que aparenta llevar menos cosas de las que carga, saca el envase de engrudo. Lo abre y unta sobre el área que va a dar al concreto. Es rápida. Y efectiva: ningún espacio queda sin barnizar con el adhesivo casero.

Prosigue con el ascenso de la ilustración hacia la zona más idónea de la pared. Ahí la aplasta, alisándola en el proceso; es importante “sacar el aire”, dice, para que no se formen esos ‘globos’ que cualquiera ha visto en cuadernos mal forrados. Para que tampoco se despegue fácil.

El corazón queda en la pared. O mejor dicho: la pared por fin tiene un corazón, que proclama 'Tú me prendes'. Y en la parte inferior siempre su firma, ese trazo furtivo que ya es amigo de la ciudad: Piimienta Negra.

Piimienta Negra
Untando el engrudo | Foto: Yair Hernández

Piimienta Negra
La obra lista | Foto: Yair Hernández

Entre la poesía y el habitar

Cuando tenía entre 14 y 16 años, Valeria escribió un poema "que hacía analogía de las personalidades". Y que marcó, sin quererlo, su mote futuro. 

En el texto se pensó de niña como la pimienta negra — con la que su mamá le enseñó a preparar una excelente vinagreta —, porque si le echas mucha a la comida, la arruina. O como ella lo interiorizó: "Si te excedes en las cosas, no salen bien; siempre está cool mantener límites y aprender a echar pimienta".

Ese poema, que indirectamente la 'bautizó', da a notar la incidencia del arte en su vida: intervención urbana, poesía, fotografía, ilustración, performance, graffiti... todo eso que ahora hace no tuvo un génesis definido, un punto de inflexión, una herencia familiar. Incluso, revela, "intenté huir del arte muchas veces". Pero no pudo, ni podrá, porque esa fue "mi forma de aprender a vivir".

"Tengo diarios desde muy chiquita y aún escribo, pero ya no tanta poesía, son textos muy prosaicos", dice a MILENIO.

Lo de ver las calles como lienzos vino después, cuando estaba estudiando sociología y, para su tesis, eligió el concepto de Habitar

Explica esto con un ejemplo: "Un niño llega a su casa y deja su mochila siempre en una esquina, y aunque el niño no esté, habrá una memoria del niño. Es más, si un día tampoco está la mochila, seguirá siendo un espacio del niño... Hay un ejercicio de territorialidad y de apropiación. También es muy poético porque siento que el habitar está en todas partes, por ejemplo: cuando amas mucho a alguien habita tu mente, hay una huella simbólica".

Metro Refinería

Caminando sobre la Avenida Aquiles Serdán, a la altura de Metro Refinería, Piimienta Negra encuentra un muro gris que, de tan solo verlo, decide intervenir.

El envase de engrudo sale de nuevo y, en menos de dos minutos, repite el proceso del enorme corazón para poner la foto de un niño enseñando el dedo medio, intervenida con la frase "Todo pasa, así que relájate".

Saber la zona ideal para dejar huella es sencillo: "Primero, pienso si quepo. Lo secundario es ver si es un buen espacio para que esté... En realidad, solo te vibra".

Unos pasos más adelante, ante un exhibidor publicitario de una parada de autobús que está vacío, piensa que ahí quedaría bien otra de sus piezas. Aunque el destello de una sirena policíaca la hace cambiar de opinión.

A Piimienta la policía no le da tanto miedo, "ya he corrido de ellos". Le teme más a la gente, "porque nunca sabes qué va a hacer una persona random que sale de la nada y te amenaza". 

Por ejemplo, un día estaba pegando una obra que mostraba unos senos desnudos. Entonces, se le acercó un señor "muy violento, me dio miedo que me fuera a pegar o jalar". 

"La forma de no tenerle miedo a la calle es empoderándote, caminando, apropiándote de la ciudad... No sé si tiene sentido, porque es decir que no tengas miedo sintiendo tu miedo, pero en lo personal siento que así es. Así me funciona. Tratar con respeto a la gente pero no vulnerarte, lo tienes que enfrentar", reflexiona.

Plasmando la obra afuera del Metro | Especial
Plasmando la obra afuera del Metro | Foto: Yair Hernández

"A partir del símbolo se hace territorio"

Cuando empezó a llenar las calles con el tag Piimienta Negra, Valeria no tenía la intención de ser parte de una comunidad artística. Solo quería "habitar los espacios que transitaba". 

Primero, solo ponía su tag con plumón y pegaba fotos que tomaba con su cámara análoga — "Eran fotos de desnudo y después fueron desnudo frente a monumentos, como herramienta de manifestación en contra de la violencia de género" —. Luego, se amistó con otros artistas, quienes le enseñaron "otras técnicas y otras motivaciones del estar en el arte urbano". 

"Creo que una de las cosas más fuertes y potentes del arte urbano es que a partir del símbolo se hace territorio — acentúa —. Por ejemplo, un Piimienta Negra puede ser algo equis para alguien, pero si lo veo ya sé que pasé por ahí. El poder del símbolo territorializa y cambia tu forma de caminar las calles, porque empiezas a ver todas las intervenciones y es algo que no había pasado por tu mente, cambia tu perspectiva del mundo".

Desde entonces, se sumergió en la emoción de "estar al límite siempre". Es decir, cuando pinta o pega en un entorno urbano, desconocido, "tu cuerpo se pone en un estado de supervivencia, estás muy alerta, pendiente de lo que pasa alrededor". 

Con Piimienta Negra encontró "un espacio relativamente libre para externar lo que sientes de la forma que sea". Y entendió las infinitas posibilidades de la calle... aunque acota: "Es un falacia eso que dicen que es de todos, porque la neta no; a lo mejor hay zonas invisibles para lo legal, pero lo legítimo siempre está; esa regla no dicha pero que existe para la convivencia".

Metro Tacuba

Entre el bullicio dominical del bajopuente de Metro Tacuba, esa zona que inicia en el El Torito de Aquiles Serdán y se extiende hasta la carpa que funge como un templo cristiano ambulante, al lado de los juegos infantiles, la artista evoca y confiesa: 

— ¿Cuáles son tus lugares favoritos de la ciudad?

— Santa María la Ribera, Buenavista, Azcapo en ciertas partes. El Centro Histórico, sobre todo en la zona de Bellas Artes, donde está la Alameda. Y atrás de la calle Artículo 123.

— Entonces, te gusta el furor capitalino...

— Irónicamente, me engento bien rápido. Pero quizá es porque son las partes donde más he vivido ciertas cosas, por eso les tengo afecto y amor, y las he intervenido más. Pero prefiero los lugares tranquilos. Cuando era adolescente me encantaba irme a acostar al piso de Bellas Artes... Suena muy raro ahora que lo pienso.

— ¿Quiénes son tus referentes artísticos?

— Me gusta el arte de mis amigos, pero más que un referente, me nutre ver a la gente, escucharla, entender sus historias hasta dónde se pueda.

— ¿Qué música o poesía te inspira?

Pienso en los Arctic Monkeys, pero hasta el 2016. Me gustan mucho los boleros, también algunos referentes de indie rock. De poesía, Alfonsina Storni me gusta mucho, Xavier Villaurrutia es mi papá; es demasiado triste, lo amo por eso. Me gustan las cosas tristes.

Piimienta Negra
"Quiero amarte sin miedo" | Yair Hernández

El tag que ronda por la ciudad | Especial
El tag que ronda por la ciudad | Yair Hernández

​Corazones y sentimientos

"La vida es un duelo constante", "Quiero amarte sin miedo", "Tú me prendes", "Abraza la nostalgia", "Ninguna pastilla quitó todo mi sufrimiento" y "Todo pasa, así que relájate", son frases que abundan en la obra de la artista. También los corazones.

Emociones que le ha tocado vivir, que le han dolido y complacido. Que hablan de una historia personal, pero lo sorprendente es cómo se impregnan en los demás: "Eso es hermoso porque algo que es tuyo forma parte de todos".

Cuando le llegan comentarios de que inspiró a alguien para crear algo o motivó a alguien a salir de un bache, "no sé cómo reaccionar más que dar las gracias, me siento contenta y feliz. También es una sorpresa porque no sé cómo les llega... Es aún desconocido para mí".

Parte de lo anterior para afirmar que las personas que hacen arte — y lo entrecomilla porque "es un concepto polisémico y complejo" —, no pueden escapar de ser una "herramienta para comunicar algo que ya existe, como un altavoz". Y, aún más importante, deben "reconocer que el arte es un dispositivo de poder: al dibujar, hacer foto o lo que sea, estás ejerciendo un poder social que tiene que ver todo el tiempo con las otredades". 

"Me gusta pensar en el arte es más que el arte: es vida, sociedad, cultura, no solo una obra; una propa es algo mucho más que una..."

Piimienta interrumpe su idea porque acaba de ver un muro que le gusta. "Quiero pintar ahí", dice, señalando una pared cerca de Metro Tacuba caída en desgracia. Pero tras sus trazos exactos, coloridos, hechos en segundos, le da un poco de vida. Le da un corazón y sentimientos. 


hc

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Yair Hernández
  • Yair Hernández
  • juan.hernandez@milenio.com
  • Es periodista especializado en temas de cultura y entretenimiento. Actualmente trabaja como reportero para Milenio.
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