El espectro de luz se proyecta sobre la blancura de la pared como si de una ensoñación se tratara. Es artificial, pero si se mira lo suficiente como para olvidar los espejos cóncavos y las luces led que lo provocan, uno puede creer en su espontaneidad; en que es una manifestación cuasi divina que hace honor a su nombre, ¿Cómo atrapar un ángel?, del novel artista Mario Alberto Bravo.
Esta pieza, que junto a Espacialidad del afecto, de Elvira Acosta, y Ensayos sobre la cotidianidad, de Alma Camelia, ocupan uno de los salones de Laguna — espacio que reúne diseño, arquitectura, gastronomía y arte en el 181 de la calle Doctor Lucio, en la colonia Doctores —, forma parte de la exposición Contar los pasos para medir una distancia, el trabajo final de la generación 2025 del programa educativo de SOMA, plataforma mexicana que desde 2009 incentiva la creatividad de manera no convencional.

La nueva generación de artistas
Sentada sobre el mueble-pieza A pesar de mis anhelos, estoy orgulloso de a dónde he llegado, de Antonio Castillo, la directora de SOMA, Laura Cortés Hesselbach, dice a MILENO que está "contenta y orgullosa" de las piezas creadas por los 12 talentos de la generación 2025.
"Las generaciones siempre son distintas, por lo mismo cada proyecto de fin de curso es un reto. Pero en este caso había un reto más grande: trabajar en un lugar diferente", explica; es la primera vez que la institución toma los salones, escaleras y terraza de Laguna.
Cortés Hesselbach resalta que la nueva camada, conformada por Elvira Acosta, Mario Alberto, Antonio Castillo, Samara Colina, Yatiní Domínguez, Daniel C. Fernández, Fernanda Farjeat, Andrés Guadarrama, Alejandro Olazo, Susana Oliveros, Alma Camelia y Erish, logró "apropiarse de un lugar que no es el típico para exposiciones; además de responder a sus intereses, tuvieron un diálogo con algo que está activo".
"Todavía no pensamos si seguiremos realizando futuras exposiciones aquí, pero como primer acercamiento ambas partes estamos contentas — comenta —. Fue un voto de confianza importante por parte de Laguna y estamos agradecidos".
— ¿Sientes que, a partir de la pandemia, las nuevas generaciones de artistas se plantean otros enfoques u objetivos?
— Ha habido un cambio fuerte en intereses, formas de pensar, las preguntas que lanzan; ha habido una reflexión más interna, más personal que ponen sobre la mesa. Muchas preguntas también tienen que ver con cómo nos relacionamos, y eso se pone sobre la mesa con varios de los proyectos de esta exposición; son piezas que tienen una reflexión critica de fondo, pero invitan a acercarnos desde otro lugar como personas.

El enfoque de SOMA
Laura cree que el arte da muchas respuestas, pero lo vital es que plantee preguntas: "Que siga siendo ese lugar que nos permita cuestionarnos". Por lo mismo, SOMA da cabida a talentos que no siguen una misma línea de investigación o los mismos formatos. "Eso enriquece la conversación", precisa.
Un enfoque versátil que la plataforma cimentó desde que el artista mexicano Yoshua Okón la fundó en 2009, pensando en un espacio colaborativo para producción y difusión de arte, y siguiendo la estela de su iniciativa previa, La Panadería (1994 - 2002).
Al momento, la institución artística ejecuta tres vertientes en pos de impulsar la creatividad: su Programa educativo, de dos años de duración; el SOMA Summer, curso temático de verano e impartido en inglés; y los Miércoles de SOMA, una reunión semanal y gratuita con ex alumnos y talentos de otras latitudes.
"En SOMA hay retos constantes — indica la directora, que tomó el cargo en 2019 —. La parte más complicada es garantizar la existencia del propio espacio porque vivimos a partir de donaciones. Entonces, es un lugar muy frágil en el sentido económico, pero muy fuerte gracias a las personas que han pasado; me da satisfacción que quienes han salido de aquí siguen siendo artistas activos. La tasa de deserción del programa es casi del 4 por ciento, el resto sigue produciendo".

¿Cómo ser parte de SOMA?
La exposición de la nueva generación artística de SOMA, vigente en Laguna hasta el 24 de octubre, estará acompañada del libro ¡Cambio, vendo y compro! ¡Compro, vendo y cambio!, a presentarse el próximo sábado 11 de octubre a las 12:30 horas.
"No queremos que sea un catálogo — precisa Laura —, sino que nos interesa que lo vean como otro medio donde puedan pensar sus proyectos. Trabajaron con Nicolás Pradilla, quien les hizo acompañamiento editorial, ayudó a que terminaran de conceptualizar lo que querían hacer".
Además, la directora acentúa que su convocatoria es anual, por lo que aquellos interesados en desarrollar o acrecentar su arte deben estar atentos entre marzo y abril del 2026. "Cualquier persona puede aplicar, pero el perfil de los artistas es que ya tengan una producción de obra", señala.
Es un programa educativo de "nivel maestría", aunque es importante especificar que SOMA no tiene ni quiere "validez oficial" de las instituciones educativas gubernamentales porque, per se, "es una respuesta a los programas oficiales".
"No es requerimiento una licenciatura ya que sabemos que hay increíbles artistas que tienen otro tipo de formación, más autodidacta, en espacios independientes o talleres. Aquí lo que se valora es el trabajo previo y el potencial, es decir, las ganas que tengan de problematizar su trabajo y crecer más", precisa Laura Cortés Hesselbach.
Al cierre de la charla con MILENIO, la directora invita a que aquellos que no conocen el proyecto sean curiosos y visiten la plataforma en uno de sus Miércoles de SOMA: "Siempre hay un proyecto nuevo, un artista que tiene algo que compartir. También es una forma fácil de acercarse al arte. Es un gran seminario gratuito y permanente".

hc