La artista visual Mariana García Tinoco ha centrado su labor en la elaboración de marionetas, a las que define como “la versión live action de la animación”. Una de sus primeras incursiones profesionales —todavía estudiando la universidad— fue en un internado en La MaMa Experimental Theatre Club, en Nueva York, en donde participó en un taller de marionetas para adultos mayores.
“Los puppets tienen su encanto. Con ellos puedes hacer cosas que como humanos no podemos, como volar. Además los puppets es algo con lo que despierta el niño interior, te dan ganas de jugar o de intentar cosas. Y me parece muy bonito que se puedan hacer casi con cualquier material”, cuenta en entrevista.

Para la mexicana, que recientemente recibió el Premio Arte Internacional, LLC, en la categoría “Artista plástica revelación del año”, las marionetas no son solo una extensión del artista que las maneja sino de quien las hace. Y bajo esa idea, deben ser elaboradas pensando en servir a la historia, considerando incluso los retos que se pueden presentar en escena y el desgaste que se puede dar con el paso de las presentaciones: “cualquier medio es bueno para contar una historia siempre y cuando te apoyes en los fuertes del material que estás usando”.
Entre los materiales que más le gustan está el papel maché porque —destaca— es muy ligero, por lo que el actor no tiene que lidiar con el peso del personaje y le permite ser más ágil, “creo que la comunicación con los actores y los directores es esencial para que salga un buen puppet”.
En la obra The Sweet Tales of Piloncillo and Tejocote, que forma parte de la cartelera de La MaMa Experimental Theatre Club, los personajes están hechos de una mezcla de papel maché y tela, lo que le permite esculpir con mayor facilidad los rasgos de su personaje: “siempre he tenido esa inquietud de jugar con el potencial de los materiales y cómo se pueden combinar para obtener algo que tienes en tu cabeza, pero que no existe en la vida real hasta que tú lo creas”, cuenta.

Otra de las obras para las que ha colaborado es La Llorona, A Mexican Folklore Tale, en la que se representa a la llorona con marionetas de sombra a través de la técnica positivos y negativos, en la que “una zona está cubierta por papel y otra permite que pase la luz, por lo que se me ocurrió utilizar uno de los materiales que tenemos en México que tiene esta cualidad: el papel picado”.
En el caso de obras que no están enfocadas en infancias y en las que se tocan temas como la muerte, como es el caso de Building My Casa, la artista visual comenta que las marionetas permiten “insertar un poco de fantasía en esta realidad brutal”. La pieza teatral también aborda las dificultades de la migración que viven personas latinoamericanas en Estados Unidos.

En Building My Casa aparece un gato que representa a una persona que murió, “está todavía conviviendo, sigue dando pautas, pero sin estar ahí. (Cuando aparece) llega un punto en donde se puede relajar la obra por las cosas graciosas que de repente hace el gato. Entonces, es una forma de combinar lo crudo con la fantasía”.
La MaMa Experimental Theatre Club forma parte del circuito de off-off Broadway, lugares en los que se hace teatro independiente en foros con capacidad para menos de 100 personas. Para Mariana García Tinoco, tener tan cerca a las personas y que incluso puedan tocar las marionetas es una de las virtudes de este formato: “una de las cosas que son maravillosas es interactuar con la audiencia. El arte no vive si no está la gente interactuando; creo que esa es la forma de respirar del arte. Es una de las cosas que La MaMa te brinda y que espacios más grandes no aportan”.
Finalmente, la artista visual considera que otra de las ventajas que brinda off-off Broadway es que no hay tantas restricciones sobre los temas que se abordan en las obras: “creo que hay mucho más censura estando en Broadway, eso lo han dicho compañías que han estado ahí. Aquí hay más libertad porque es un teatro experimental, y como su nombre lo dice, se experimenta desde el contenido”.
PCL