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Grooming, doxing o cyberflashing: Glosario (para padres) para entender la violencia digital

En una era donde los jóvenes se comunican con términos como “aesthetic”, “trololero tralalá”, “cringe” y “core”, es crucial que padres y madres muestren interés en lo que sus hijos.

El teléfono celular se ha convertido en un accesorio más para niños, niñas y adolescentes. Y el internet, el espacio principal a partir del cual construyen su identidad, fortalecen sus vínculos y adquieren lenguajes— palabras, frases o chistes— que repiten por varios días o semanas sin que papás y mamás entiendan su significado.

Ese desconocimiento es el que dificulta diferenciar si el hijo o la hija refiere a un meme sin significado fijo, como “Trololero Tralalá”, “Tung Tung Tung Sahur” o “6-7”; a palabras en inglés, como ship, core, cringe, glow up, aesthetic, delulu; o de términos que camuflan a la violencia digital, como doxeo, cyberflashing o grooming.

Pero poco sirve conocer el significado de estas “palabras raras”, si mamá y papá no forjaron previamente la suficiente confianza no sólo para que su hijo o hija les permita conocer su mundo, también para identificar los peligros dentro de éste e intervenir si fuese necesario. Y esa apertura no se consigue a través de frases de “No me hables de eso porque no entiendo”, “Que feo eso que ves”, “¿A poco eso te da risa?”, “Eso no me interesa”, etcétera.

“Lo fundamental es tener un puente de confianza y a partir de ahí, empezar a preguntar”, recomendó a MILENIO el psicólogo, Jesús Ramírez Escobar.

Doxing

En 2016, David M. Douglas definió el doxeo (o doxing en inglés) como el acto de divulgar información privada de una persona en internet, a menudo con la intención de humillarla, amenazarla, intimidarla o castigarla.

El planteamiento de su estudio Doxing: un análisis conceptual propone categorizarlo en tres tipos: el desanonimizador, en el cual se revela la identidad de una persona anteriormente anónima; el selectivo, que revela detalles específicos de las circunstancias de una persona que suelen ser privadas, oscuras u ocultas, y el deslegitimador, donde la información revelada daña la credibilidad de esa persona.

Dicha argumentación es propensa a abrir el debate sobre si el doxing puede o no justificarse en ciertas circunstancias, por ejemplo, evidenciar a algún estafador, exponer un caso de corrupción o revelar la identidad real detrás de una cuenta de Facebook que acosaba a alguien más.

Silvia Olmedo: el impacto del acoso digital y la IA
La violencia digital es algo que va en aumento en la sociedad | Pixabay
Sin embargo, esa lógica “justiciera” se invalida cuando se utiliza como un arma más del cyberbullying: “El doxing como forma de intimidación es inaceptable”, señala Douglas.

En esa línea, el estudio Doxing: What adolescents look for an their intentions explicó los motivos principales a través de dos categorías: el social, donde las y los agresores revelan la información para satisfacer sus necesidades sociales y obtener datos como nombre, estado civil, fotos y videos. Y el hostil, donde se busca acosar o atacar a personas que no son de su agrado.

Y una vez revelada la información, las y los perpetradores alientan a otras personas a participar en el acoso en línea. Además, puntualiza la investigación de la Revista Internacional de Investigación Ambiental y Salud Pública, publicar los datos identificables (apariencia, rutina, gustos, etcétera) y la ubicación de las víctimas puede resultar en ataques de la vida real.

Trolling

Intento deliberado por parte de una persona de crear conflicto y angustia mediante comentarios provocadores, incendiarios y amenazantes a su víctimas

Grooming

Otra manifestación del acoso cibernético que migró de lo offline a lo online. Este término se entiende como el proceso donde una persona adulta se gana la confianza de un menor de edad y de su entorno a base de engaños y manipulación. ¿El objetivo? Usualmente llegar al abuso sexual o alimentar el placer sexual o fantasía del perpetrador.

Aunque este fenómeno tiene diferentes características y causantes, el modus operandi más común en redes sociales empieza con la creación de un perfil falso (que simule pertenecer a otro infante) para establecer una relación de amistad o noviazgo. Al respecto, la organización Save the Children detectó que, en el 4.75% de los casos, la persona detrás del perfil apócrifo era alguien desconocido; 23%, conocida; 16.3%, entrenador o monitor; 9.8%, docente y 3.3% eran familiares.

Por su parte, la psicóloga Georgia M. Winters identificó cinco etapas generales de este tipo de acoso: uno, la selección de víctimas; dos, obtener y aislar a un niño; tres, desarrollo de la confianza; cuatro, desensibilización al contenido sexual y al contacto físico, y cinco, mantenimiento después del abuso.

Cyberflashing

Traducido como ciberexhibicionismo, es un fenómeno de acoso digital que afecta principalmente a mujeres y niñas. Amnistía Internacional lo define como una variante del acoso digital donde una persona, generalmente hombres, envían imágenes explícitas de su cuerpo, usualmente de sus genitales, sin el consentimiento de la víctima.

Esta práctica ha aumentado exponencialmente en plataformas como redes sociales o aplicaciones de citas. Sin embargo, en 2019 el medio HuffPost reveló que varias mujeres en Reino Unido también habían recibido imágenes sexuales a través de AirDrop; la edad mínima entre los 70 testimonios de víctimas, recabados para la investigación, era de 18 años y la máxima fue de 57.

Diversas investigaciones han comprobado que las víctimas del cyberflashing son afectadas de la misma manera que el exhibicionismo físico, tales como presentar la sensación de haber sido violada; miedo y vulnerabilidad inmediata, pérdida de seguridad y confianza en los espacios públicos, Lamentablemente, estos efectos pasan desapercibidos.

Happy slapping

El término que se traduce a “bofetada feliz” se acuñó por primera vez en Reino Unido, en 2005, para referirse a la grabación y distribución de contenido en el que se observe una agresión física, verbal o sexual a otra persona.

La organización Save the Children expone que, normalmente, las o los perpetuadores comparten dichos materiales en blogs, chats privados o redes sociales, convencidos que dichos contenidos pueden ser suficientemente entretenidos y divertidos para volverse virales. De ahí la alusión a lo “alegre” o “divertido”.

Pero mientras los usuarios y victimarios disfrutan de los likes y la viralización, las víctimas sufren humillación pública y sensación de desprotección; mismos que derivan en trastornos de ansiedad, depresión e, incluso, ideación suicida.

Los perpetradores encuentran divertido y entretenido grabar contenido violento
Los perpetradores encuentran divertido y entretenido grabar contenido violento | Freepik

¿Cómo detectar la violencia digital?

Entre más pronto se sospeche o detecte que el o la niña son víctimas de violencia digital, más rápido se puede intervenir y tratar. Para ello, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) destaca ocho señales de alerta.

  • Ocultar o negarse a compartir su actividad o experiencia en línea
  • Cambios en el estado de ánimo: mucho más nervioso, ansioso, enojado o callado
  • Esconder el celular
  • Evitar eventos sociales o amigos y volverse solitario
  • Negarse a ir a la escuela y/u obtener calificaciones más bajas de lo habitual
  • Tiene menos interés en sus aficiones
  • Problemas para dormir y sin apetito
  • Presenta dolores de cabeza o estómago

Y del otro lado de la moneda, identificó comportamientos que podrían suponer que la o el hijo son acosadores:

  • Actividad en línea a altas horas de la noche
  • Fuerte reacción ante la pérdida de privilegios informáticos
  • Uso de múltiples cuentas o nombres falsos
  • Conflictos con amigos
  • Mayor agresión

Además de tejer puentes de confianza entre padres-madres e hijos-hijas, Unicef recomienda revisar y ajustar la configuración de privacidad en los dispositivos, a fin de limitar su exposición a contenido o usuarios dañinos.

Pero si la violencia digital ya hizo del menor o joven su víctima, se recomienda documentar todas las pruebas, denunciar a las autoridades y buscar apoyo de personal capacitado, a fin “de afrontar el impacto emocional (...) y aprender estrategias de afrontamiento”.

ASG

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Alejandra Sigala
  • Alejandra Sigala
  • Egresada de la UNAM. Te explico las tendencias en redes sociales y los temas que despiertan tu curiosidad en el día a día. Escucho, amo y a veces escribo sobre K-Pop. Me encanta bailar y los gatos.
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