El número de mujeres detenidas por las fuerzas armadas frente a delitos relacionados con el crimen organizado aumentó en 124 por ciento entre 2012 y 2024, revela un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional.
El documento, disponible en la plataforma de Transparencia, indica que por delitos contra la salud y otros ilícitos conexos, en 2012 fueron detenidas 631 mujeres, mientras que en 2024 esa cifra aumentó hasta las mil 413 capturas.
El fenómeno se agudiza, al considerar que entre enero y la primera quincena de agosto de este año, ya suman mil 737 detenciones, es decir, en ocho meses y medio se superó el número total de mujeres aprehendidas en todo 2024.
Expertos atribuyen este fenómeno al incremento de grupos criminales y con ello la necesidad de mayor producción, distribución y fuerza laboral.

David Saucedo, consultor especialista en temas de seguridad, explicó a MILENIO que aunque en sus orígenes las tareas eran casi exclusivas de varones, las detenciones y muertes de integrantes de las organizaciones criminales, así como las peleas entre éstas, urgió la necesidad incorporar mano de obra para las distintas facetas del narcotráfico, aunque fuera de manera forzada.
Las agrupaciones criminales, precisó Saucedo, requirieron cada vez de más manos para actividades secundarias como el almacenaje, mensajería, logística; cortar droga, cuidar de centros de distribución y, en algunos casos, en jefaturas locales, lo que requirió una mayor incorporación femenina.

Destacó asimismo el hecho de que las mujeres comenzaron a ocupar posiciones directivas, lo que “atrajo” un elevado reclutamiento femenino a las fuerzas criminales.
“Empezaron a incurrir en la época del Cártel de Sinaloa, de los viejos cárteles del país.(…) Su incorporación se debe en primer término a la guerra de cárteles, que provocó la muerte de integrantes varones y esto obligó a incrementar el reclutamiento, voluntario o forzado”.
“En segundo, integrantes del sexo femenino llegaron a los cárteles en posiciones de alta dirección, que a su vez empezaron a reclutar mujeres para distintas tareas relacionadas con el trasiego, el halconeo y el narcomenudeo”, precisó.
Mujeres en el crimen organizado
El mes pasado se difundió un video de la unidad especial en manejo de drones del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), en el que se observa que una mujer es la encargada de operar las radiocomunicaciones y coordinar los ataques.
El lunes 20 de octubre, fue detenida Verónica Morales Soto, La Jefa, lideresa del Cártel de Tláhuac e identificada como pareja sentimental de Luis Felipe Pérez Flores, El Felipillo.
La participación de mujeres, familiares de líderes de grupos delincuenciales, en cargos clave resultó en una diversificación y equilibrio de género que empezó también a reflejarse en la estructura del narcotráfico.
“Es como en los estados, hay gobernadoras y las gobernadoras han impulsado que haya gabinetes paritarios. Esto ocurre también en las estructuras del narcotráfico, al tener mujeres jefas de plaza, mujeres jefas de región, mujeres jefas de sicarios, en automático las mujeres reclutan mujeres y se da un incremento”, describió.
Por diversos factores, muchas mujeres son cabeza de familia y debido a un cúmulo de factores y situaciones de su entorno socioeconómico en el que incluso tampoco acceden a programas sociales, se ven en la necesidad de dedicarse a tareas criminales, convirtiéndose éste en un tercer término.

Finalmente, comentó David Saucedo, otro factor que, aunque es difícil medir, en las agrupaciones del crimen ocurre como en la vida cotidiana y es que las mujeres suelen ser más eficientes que los hombres en las tareas que se les asigne.
“Además son más honestas, más trabajadoras, más dedicadas. Tienen un salario inferior al de los varones. Es decir, todas las condiciones que normalmente vemos del trabajo de las mujeres en las maquiladoras, en la industria automotriz, en el trabajo de oficina. Todas sus cualidades normalmente también se aprecian en las actividades del narcotráfico. Trabajan mejor, reciben menos salario”.
Ya en los orígenes del narcotráfico se conoció de mujeres líderes como Sandra Ávila Beltrán, La Reina del Pacífico, sobrina de Miguel Ángel Félix Gallardo, fundador del Cártel de Guadalajara.
Así como Enedina Arellano Félix, La Jefa, quien asumió el liderazgo administrativo y financiero del Cártel de Tijuana tras la caída de sus hermanos Benjamín, Ramón, Rafael y Eduardo.
Más recientemente, Rosalinda González Valencia, esposa de Nemesio Oceguera, El Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación. En diciembre de 2023 fue sentenciada a 5 años de prisión por no declarar transacciones relacionadas con un autolavado ligado al cártel. Sin embargo, logró su liberación anticipada en febrero por buena conducta.

En marzo, durante una acción militar en Querétaro fueron detenidos José Francisco 'N' y Sandra 'N', identificados como los principales operadores de una alianza entre grupos criminales, a quien se les atribuye ordenar acciones violentas contra integrantes de organizaciones delictivas rivales, además de estar vinculados con delitos como delincuencia organizada, secuestro, robo de hidrocarburo, homicidios y venta de droga en la región.
Así como María de los Ángeles Ramírez Arvizú, la viuda de El Ojos y sucesora en el Cártel de Tláhuac, quien hace unos días fue arrestada con su hija Samanta Pérez, Sam, acusadas como responsables del manejo de las finanzas y distribución de droga en la zona oriente de la Ciudad de México.
MD