Hablar de las mujeres vinculadas al Cártel de Sinaloa usualmente lleva únicamente a dos caminos. El primero, a las esposas o madres de sus líderes y el segundo a Sandra Ávila Beltrán, mejor conocida como La Reina del Pacífico. Si bien sus historias alcanzaron notoriedad e interés mediático, dentro de las filas de la organización delictiva existió otra mujer cuyo rol operativo fue clave para afianzar su poderío e influencia: Luz Irene Fajardo Campos.
Mejor conocida como La Comadre, las autoridades estadounidenses identificaron a la mujer como la cabeza de una red de tráfico de drogas que se extendía desde Sudamérica y hasta Estados Unidos, lo que la convirtió en una de las socias más importantes de Joaquín El Chapo Guzmán.
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No obstante y contrario a su socio, Luz Irene Fajardo Campos operó desde las sombras, con un bajo perfil que le permitió no sólo continuar operando sino también mantenerse fuera del ojo público y del radar de las autoridades… o al menos eso creía.
La red de narcotráfico de La Comadre
Aunque en décadas pasadas las mujeres no solían tener roles protagónicos o relevantes dentro de estructuras criminales, poco a poco algunas se fueron abriendo paso hasta convertirse en integrantes estratégicas y de relevancia para organizaciones delictivas, tal y como sucedió como Luz Irene Fajardo Campos en el Cártel de Sinaloa.
La Comadre, como fue mejor conocida en el hampa mexicano, encabezó junto a sus hijos adultos una red de tráfico de drogas a Estados Unidos cuyas dimensiones fueron cruciales para la organización criminal que entonces encabezaban Ismael El Mayo Zambada y Joaquín El Chapo Guzmán, según da cuenta información del Departamento de Justicia.
La capacidad operativa de La Comadre no tardó en entrar al radar de autoridades estadounidenses, específicamente de las delegaciones de Tucson y la Ciudad de México de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), las cuales fueron las encargadas de investigar el caso.
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Los detonantes de las pesquisas -que más tarde motivaron una acusación formal en contra de Luz Irene Fajardo Campos ante el Distrito de Columbia- fueron dos aseguramientos de cargamentos de narcóticos en Estados Unidos. De acuerdo con documentos judiciales consultados por MILENIO, el primero fue de metanfetaminas y fue asegurado en 2012 por agentes de la DEA en Arizona. El segundo, por su parte, correspondía a la misma droga la cual fue hallada por la policía del condado de Mississippi en 2015.
Rastrear el origen de dichos cargamentos llevaron a los agentes antidrogas hasta la red de contrabando de La Comadre, cuyas dimensiones no solo se ubicaron en Sinaloa y Estados Unidos sino en Sudamérica.
“El presunto tráfico de drogas ocurrió en Colombia, Sudamérica, México, Ecuador, Panamá, Estados Unidos y otros lugares entre enero de 2010 y la fecha de la acusación formal”, abunda el documento judicial consultado por MILENIO.
De acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, La red de tráfico de drogas de Luz Irene Fajardo Campos se abastecía de cocaína directamente de Colombia y, para coordinar la logística de envío, contrataba a pilotos y negociaba la compra de aviones para transportar los cargamentos del narcótico a Centroamérica y México.
En asociación con el Cártel de Sinaloa, hijos de La Comadre e integrantes de la organización delictiva distribuían la cocaína en Estados Unidos al tiempo que también supervisaban la importación de precursores químicos a México.
La red de tráfico de drogas de Fajardo Campos no sólo se limitaba al transporte y distribución de cocaína sino que también operaba cada eslabón de la producción, distribución y comercialización de las metanfetaminas.
Las investigaciones de autoridades estadounidenses apuntan a que La Comadre y sus asociados no sólo se encargaban de la importación de los precursores químicos necesarios para la elaboración de la droga sintética, sino que también los procesaban para producir la metanfetamina en un laboratorio clandestino ubicado en el desierto a las afueras de Hermosillo, Sonora.
"Distribuía metanfetaminas en Tucson, Arizona y Jackson, Mississippi entre otros lugares", refiere el Departamento de Justicia.
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Operar una red de contrabando de narcóticos de esas dimensiones requirió que La Comadre contara con los contactos adecuados no sólo dentro de organizaciones criminales sino dentro de las mismas instituciones. En un comunicado, las autoridades estadounidenses señalaron a Luz Irene Fajardo Campos de haber tejido una red de corrupción con agentes del orden público de México y Colombia a través de sobornos para poder importar los cargamentos de cocaína a través de aeropuertos internacionales.
Del mismo modo, La Comadre hacía uso de sus influencias con funcionarios públicos para lograr la detención de narcotraficantes rivales así como la liberación de los precursores químicos que llegaban a ser incautados en puertos mexicanos.
Con dichos antecedentes sobre sus operaciones, la caída de la socia de El Chapo Guzmán fue inminente, sin embargo, comenzó con la presentación de una acusación formal en su contra ante el Distrito de Columbia.
El juicio y la sentencia de La Comadre
El calendario marcaba como fecha el 31 de marzo de 2017 cuando las alertas de autoridades del aeropuerto internacional de Bogotá en Colombia se encendieron. De acuerdo con reportes periodísticos, aquel día los oficiales de migración identificaron que, una mujer que pretendía viajar de la capital colombiana a la Ciudad de México contaba con una ficha roja de Interpol.
La identidad de aquella mujer resultó ser la de Luz Irene Fajardo Campos quien fue arrestada de forma casi inmediata a sus entonces 53 años de edad.
Entonces, autoridades habían seguido la pista de La Comadre tanto en Colombia como en Guatemala, Honduras y México hasta que se concretó su arresto. Meses más tarde, la socia de El Chapo Guzmán fue entregada a un grupo de agentes de la DEA en el Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá, quienes la transportaron a Estados Unidos para responder por la acusación que pesaba en su contra.
Una vez en suelo estadounidense, La Comadre enfrentó un proceso que ahora es poco común para aquellos miembros de organizaciones delictivas que enfrentan procesos judiciales al otro lado de la frontera pues, mientras la mayoría opta por negociar un acuerdo de culpabilidad y/o de colaboración que les permite acceder a ciertos beneficios, Luz Irene Fajardo Campos fue a juicio.
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Durante siete días en diciembre de 2019, la fiscalía presentó la evidencia recabada durante las investigaciones de la DEA para demostrar la participación de La Comadre en operaciones de tráfico de drogas para el Cártel de Sinaloa, mismas que su defensa intentó desestimar.
Pese a sus intentos, Luz Irene Fajardo Campos fue hallada culpable de los delitos de conspiración para distribuir cinco kilogramos o más de cocaína y fabricar y/o distribuir 500 gramos o más de metanfetaminas, lo que le valió una sentencia de 22 años en prisión.
Además de su estadía en una prisión estadounidense, también se ordenó que La Comadre cumplirá cinco años de libertad supervisada así como el pago de 18 millones de dólares.
Si bien dicha resolución parecía haber puesto fin a la trayectoria criminal de la socia de El Chapo Guzmán, este 2025 sus defensores legales buscaron apelar su sentencia a través de un documento judicial en el que intentaron evidenciar lo que consideraron como inconsistencias en el juicio, sin embargo, meses después le fue negada y se ratificó su sentencia.
La historia de La Comadre no sólo dejó expuesta los alcances que algunas redes de tráfico de drogas basadas en México tienen a nivel internacional sino que también trasciende como una de las de las pocas mujeres que lograron lo que años atrás era impensable: acceder a los peldaños más altos del Cártel de Sinaloa.
