Durante 2024, los servicios médicos forenses del país recibieron 100 mil 19 cadáveres. De ese total, el Estado de México concentró la mayor cantidad con 11 mil 353, equivalente al 11.4 por ciento, según el Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Guanajuato ocupó la segunda posición con siete mil 646 cuerpos, seguido de Baja California con siete mil 503 y Ciudad de México con siete mil 185. En conjunto, estas cuatro entidades concentraron más de un tercio de los cadáveres recibidos en todos los Semefos en 2024.

En cuanto al sexo, 82 por ciento correspondió a hombres, 16.6 por ciento a mujeres y el 1.4 por ciento no se pudo determinar.
El reporte del Inegi señala que, de los cadáveres recibidos en 2024 a nivel nacional, 86 mil 726 estaban completos con conservación de tejidos blandos, tres mil 245 en estado de descomposición, 598 con exposición al fuego, mil 274 en esqueletización y ocho mil 176 no identificados.
En el caso del Estado de México, el documento no desglosa esta clasificación por entidad, solo ofrece la cifra total de cuerpos recibidos.
Restos humanos y óbitos fetales
El Estado de México también aparece en las tablas del informe relacionadas con restos humanos —es decir, partes de cuerpos— y óbitos fetales. Para esta entidad se registraron, bajo “otra unidad de medida”, 109 segmentos y 25 fragmentos, además de 225 óbitos fetales y tres componentes o productos de seres humanos.
A diferencia de otras entidades donde la información se expresa en piezas o kilogramos, en el Estado de México el Inegi reportó los segmentos y fragmentos únicamente bajo la categoría de “otra unidad de medida”.

Capacidad de almacenamiento
En cuanto a infraestructura, el Estado de México registró 24 anfiteatros, la cifra más alta del país. En cámaras de frío tuvo capacidad para almacenar 210 cuerpos con tejidos blandos y en osteotecas otros 210 sin tejidos blandos.
A nivel nacional existieron ocho mil 79 espacios para almacenamiento de cadáveres en cámaras de frío y siete mil 428 en osteotecas.
Jalisco destacó con la mayor capacidad en cámaras de frío, con mil 287 espacios, mientras que el Centro Regional de Identificación Humana de Coahuila encabezó en osteotecas, con 2 mil lugares.

Prácticas forenses
Durante 2024 se realizaron 100 mil 47 necropsias, 46 mil 944 fotografías forenses, 28 mil 516 análisis toxicológicos y 27 mil 601 pruebas de lofoscopía.
En restos parciales, las necropsias también fueron las prácticas más frecuentes: dos mil 474 en segmentos y 642 en fragmentos. En restos no identificados se practicaron 222 análisis de antropología forense.
Delicado equilibrio
Los 24 anfiteatros con los que cuenta el Estado de México son apenas suficientes para la gran demanda, y los especialistas consideran que faltan más espacios.
En octubre del año pasado, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) clausuró temporalmente las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) de la región Toluca por una remodelación que duró varios meses.
Esto provocó inconformidad del personal, pues no hay otros Semefos en la zona que tengan la capacidad para brindar el servicio adecuado; de hecho, estas instalaciones centrales dan atención a varios municipios dentro y fuera del Valle de Toluca, desde Almoloya de Juárez hasta Tenango del Valle, pero también a municipios ajenos a la región.
El inmueble, ubicado a un costado de las oficinas centrales de la FGJEM, es el que cuenta con mayor capacidad de resguardo de cadáveres, cerca de 30, en gavetas bajo refrigeración. Además, se vincula de manera estratégica, por su cercanía, con otras especialidades para los procesos forenses.
En aquel momento, se canalizaron los nuevos casos a instalaciones en Jilotepec y Tenango del Valle, lo que desencadenó una serie de problemas tanto para el personal médico forense como para los deudos y hasta los vecinos, pues una de las deficiencias era la refrigeración de los cuerpos.
“Se quejaron porque el Semefo de Tenango del Valle olía feo”, señaló un trabajador en aquel entonces.
Un cadáver debe permanecer en refrigeración bajo cuatro o cinco grados, pero en Tenango del Valle, que era el destino prioritario, la “refrigeración” estaba a 24.
“Es obvio que van a salir olores feos y que se van a quejar, y a lado tenemos una escuela”, agregó.

Conmovedores casos de bebés
De acuerdo con la estadística de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), en promedio se reciben cerca de ocho cadáveres de bebés a la semana.
Como referencia, en un lapso de cinco años, de 2018 a septiembre de 2023, las unidades del Servicio Médico Forense albergaron más de dos mil cadáveres de bebés menores de 12 meses, de los cuales 18 fueron abandonados en vía pública y posteriormente localizados por las autoridades.
En ese intervalo, la Coordinación General de Servicios Periciales recibió 531 cuerpos por muertes lactantes en 2018; en 2019, 380; en 2020, 361; en 2022, 336; y hasta los primeros días de septiembre de 2023, 242 cuerpos, para dar un total de dos mil 116.
En el informe no se precisan las causas de muerte, es decir, los bebés habrían fallecido por diversas circunstancias.

Esperanza para los cadáveres “N”… que nadie reclama
De acuerdo con la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), en sus instalaciones recibieron —desde abril de 2019, cuando comenzó su registro formal a través de una unidad especializada, hasta julio de 2024— 3 mil 150 cuerpos sin vida o restos óseos no identificados.
De éstos, dos mil 664 terminaron en fosas comunes en panteones ubicados en diferentes municipios de la entidad, y el resto permanecían hasta el año pasado bajo observación e investigación.
Por esta razón y debido al número de reportes de personas desaparecidas, la Fiscalía creó desde 2019 unidades especializadas para el seguimiento de cuerpos no identificados y de atención a familiares:
- Unidad de Atención a Familiares de Cadáveres de Identidad Desconocida.
- Unidad de Gestión de Información de Cadáveres de Identidad Desconocida.
- Unidad Multidisciplinaria de Identificación de Cadáveres de Identidad Desconocida.
De estas unidades destaca la última, pues dentro de sus atribuciones la UMICID realiza intervenciones relativas a exhumaciones controladas, procesamiento de fosas clandestinas, recuperación, excavación y análisis de indicios biológicos (cadáveres, restos óseos o segmentos corporales), recuperación y análisis de restos óseos y/o segmentos corporales mezclados, cuerpos depositados en contenedores o la recuperación y análisis de cuerpos en desastres masivos.
También conserva la vestimenta y demás objetos con que se encontró el cadáver, con su debida cadena de custodia.
En tanto, la UGICID se encarga de registrar los cuerpos o restos no identificados que yacen en fosas comunes, con el objetivo de que en un futuro puedan ser identificados. Sin embargo, de acuerdo con especialistas, muchos de los cuerpos no son identificados porque los familiares de personas desaparecidas nunca acudieron a los Semefos para buscarlos.
“Yo creo que el común denominador es que la persona o familia que tiene una persona desaparecida no la busca en los Semefos, entonces la investigación o la carpeta o el boletín se inicia en la Fiscalía de Desaparecidos y nunca piensa que a lo mejor dos horas después de que vino a denunciar, pues su familiar ya falleció”, lamentan.

La 'contribución' de las fosas clandestinas
Durante el año pasado, autoridades hallaron 10 fosas clandestinas en diferentes puntos del Estado de México, de donde rescataron 22 cuerpos canalizados a las instalaciones del Servicio Médico Forense de la Fiscalía. Ocho de ellos no habían podido ser identificados.
Tan solo en Nicolás Romero descubrieron dos de estas cavidades con 10 cadáveres. En la capital mexiquense hubo otro hallazgo: dos fosas que contenían los cuerpos de cuatro varones. También se localizaron casos en San Antonio la Isla, Huixquilucan, Mexicaltzingo, Temoaya, Naucalpan y Xalatlaco.

IOGE