Hace unos días la Auditoría Superior de la Federación (ASF) presentó la segunda entrega de su ejercicio anual de fiscalización. Del informe destaca una cosa que huele muy mal: cada vez es más común encontrar irregularidades a nivel federal, que a nivel estatal y municipal. Y en el último año, el principal responsable de esto es la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de Manuel Bartlett.
El que el gobierno federal incurra en cada vez más irregularidades es un cambio importante y preocupante. Anteriormente los datos mostraban que el principal espacio de irregularidades eran los gobiernos estatales. Al paso actual, la federación pronto tomará la delantera.
Esto es grave. En el último informe de la ASF, que abarca la primera y segunda entrega de 2021, 36 por ciento del dinero irregular corresponde a entidades del gobierno federal. Esta es una proporción de más del doble que en 2020, cuando era de solo 15 por ciento, y mucho mayor que en el último año de Peña Nieto, cuando era de 16 por ciento (se comparan acciones con monto por recuperar o aclarar de la entrega uno y dos de la cuenta pública de cada año).
En lo que va del sexenio, los gobernadores han estado aprendiendo a gastar mejor, pero la federación no. Por ejemplo, de 2018 a 2021 la ASF reporta que los gobiernos estatales y municipales han reducido en 71 por ciento sus irregularidades. En cambio, en el mismo periodo, el gobierno federal solo ha logrado una reducción de 17 por ciento. Este cambio es asombroso dado que el gobierno federal siempre se consideró más profesionalizado que los estados. El que los gobernadores estén avanzando en reducir sus irregularidades más que el gobierno federal es algo que hasta hace unos años hubiera sonado irreal.
La incapacidad del gobierno federal para gastar bien se ha vuelto más evidente que nunca en el último año. Comparando 2021 con 2020, mientras que a nivel estatal y municipal las irregularidades han disminuido en 29 por ciento, a nivel federal han aumentado en 122 por ciento.
Y esto no se debe a que la ASF esté auditando mucho más al gobierno federal. La muestra auditada a entes del gobierno federal ha aumentado, pero solo en 11 por ciento. Es decir, este aumento no puede explicar el cambio de 122 por ciento en las irregularidades. Así, mientras que en la entrega uno y dos de 2020 se encontraron irregularidades en el gobierno federal por 1,818 millones, en la de 2021 fueron 4,027 millones. No todo el gobierno federal es malo gastando. De acuerdo con la ASF, el principal responsable por las irregularidades encontradas a nivel federal en 2021 fue la Comisión Federal de Electricidad de Manuel Bartlett. Increíblemente, 40 por ciento de las irregularidades a nivel federal se explican por el comportamiento de CFE Corporativo. Esto es 1,634 millones de pesos de acuerdo con la ASF. El que la CFE de Bartlett sea responsable de casi la mitad de las irregularidades del gobierno federal identificadas por la auditoría debería prender las luces rojas.
Entre los casos identificados por la ASF, destaca el pliego de observaciones 2021-6-90UJB-19-0046-06-005, según el cual la CFE tuvo una probable deficiencia de control interno que hizo que perdiera el soporte documental de cómo gastó 953 millones de pesos. La ASF revisó movimiento registrados en 2021 por conceptos relacionados con intereses por créditos, pagos por conciliación de volumen de carbón, jubilaciones, gastos financieros, renta mensual, cargos de instalación, venta de energía, solicitud de energía bajo el régimen de aportaciones, venta de gas, ajustes de transportes, entre otros, y simplemente no pudo encontrar evidencia de qué se hizo con ese dinero.
Vale la pena mencionar que esta no es la única vez en que CFE Corporativo ha incurrido en irregularidades. De 2018 a 2021, este ente suma irregularidades por 7,342 millones de pesos, una cantidad que la ASF ya presume como un probable daño o perjuicio a la hacienda federal.
En CFE hay mucho que aclarar y valdrá la pena poner un ojo en la institución.
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