“Lo que sigue son las fracturas al interior de Morena”, me dijo un militante de ese partido poco después de la jornada electoral. No pensaba, creo, en una fractura que al parecer llegó muy pronto y muy alto: entre López Obrador y Claudia Sheinbaum.
Parte importante del proyecto de la 4T está en las propuestas de reformas constitucionales presentadas por el presidente el 5 de febrero de este año. Dado que son reformas a la a Constitución, requieren de mayoría calificada. Después de los resultados electorales del 2 de junio existe la posibilidad de que Morena y sus aliados tengan esa mayoría.
Y esa posibilidad dio lugar a la caída de la bolsa de valores y a la devaluación del peso.
La razón es que las propuestas de AMLO van en el sentido de concentrar el poder en el Ejecutivo. En particular la que él enfatizó en la semana postelectoral: cambiar la forma en que se elige a los ministros de la Suprema Corte.
Serían electos por voto popular. Es decir, lo más probable es que la misma mayoría que decidió quién ocupa el poder Ejecutivo sea la que decida quiénes serán los ministros. El presidente de la República ya no tendrá enfrente otro poder cuya principal función es vigilar que se cumpla con la Constitución.
Seguramente preocupada por la reacción de los mercados (caída de la bolsa y el peso) Sheinbaum declaró que todavía no se ha decidido la aprobación de esas reformas. Que deben explicarse y discutirse. Mencionó la creación de un parlamento abierto para exponerlas y debatirlas.
López Obrador pareció replicar lo anterior: “la justicia está por encima de los mercados”.
Parece claro que estamos ante posturas enfrentadas: la del presidente en funciones, y la de la virtual presidente electa. No sabemos cómo se va a resolver ese enfrentamiento. El escenario principal será en septiembre, si la 4T logra mayoría calificada con AMLO presidente.
Cuando pensábamos que las diferencias se darían en los sótanos y en los pisos bajos de Morena, se dieron en la misma cúpula de ese partido. De cómo se resuelvan depende en buena medida el destino del país.
Además de la preocupación por los mercados, es posible que Sheinbaum y su equipo coincidan con lo publicado por Ana Laura Magaloni en Nexos este mes: “Todos sabemos que la propuesta del presidente no es una reforma que mejorará la impartición de justicia; su objetivo es político: se trata de debilitar la autonomía de la Corte y del poder judicial.”