Política

Barrer hacia abajo

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  • Víctor Reynoso

Si la corrupción, como las escaleras, se barre de arriba hacia abajo, el presidente López Obrador tuvo que empezar desde muy alto. Como puede leerse en el libro de Hernán Gómez Bruera, Traición en palacio. El negocio de la justicia en la 4T, dedicado a analizar el caso de Julio Scherer Ibarra.

Hijo de uno de los periodistas mexicanos más reconocidos (Julio Scherer García) Scherer Ibarra tenía ya una larga trayectoria cuando fue nombrado consejero jurídico del Ejecutivo federal en este sexenio.

Empezó su carrera en el PRI. En 1981 fue secretario particular de Javier García Paniagua, entonces presidente de ese partido y precandidato a la presidencia de la República. Ocupó diversos cargos y al final del sexenio de Zedillo fue director general del Consorcio Azucarero Escorpión.

Por ese cargo tuvo su primer escándalo público, que estuvo a punto de llevarlo a la cárcel. Scherer Ibarra llegó a las ocho columnas de El Universal por presuntas irregularidades cometidas como director del Consorcio.

Según Gómez Bruera Julio Scherer García abogó personalmente con el entonces presidente de la República, Vicente Fox, con el secretario de gobernación y con el procurador general de la República para que no encarcelaran a su hijo.

Protegido por el director de Proceso, el protagonista libró las acusaciones. En los siguientes tres sexenios realizó una exitosa carrera de bisnero, intermediario entre particulares, políticos y jueces, en cuestiones no siempre legales. Se ligó a los gobiernos de la Ciudad de México, principalmente a los de Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera.

Cuando es nombrado consejero jurídico de la presidencia, Julio Scherer Ibarra ya tenía una larga y conocida carrera de traficante de influencias. Se intensificó en el actual sexenio. Hasta que su jefe decidió separarlo de su “cargo y encargo”.

Con esto barrió el primer escalón de la escalera de la corrupción. Algo positivo, sin duda. Pero ¿no eran previsibles las acciones de Scherer Ibarra, dados sus antecedentes? ¿No merecía una sanción mayor que la simple separación?

Ciertamente las prácticas descritas no son exclusivas del personaje analizado, ni del gobierno de la 4T. Lo que el autor llama “litigios de élite” y otras prácticas ilegales vienen de muy atrás. Está por verse qué tanto se avanzó en su disminución. Está por verse también qué tanto participó en ellas un amigo de Scherer Ibarra, Arturo Zaldívar.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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