Política

Autonomía relativa

  • Interés Público
  • Autonomía relativa
  • Víctor Reynoso

México es un país independiente, autónomo. Pero con autonomía relativa. Lo vimos la semana pasada: un declaración del presidente electo del país vecino cambió la política de seguridad del país.

En contraste con el presidente del sexenio pasado que saludó a la madre del delincuente más famoso del país, e hizo público dicho saludo, la presidenta actual mandó al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch a poner orden en Culiacán, ciudad que vive una situación virtual de guerra civil desde julio pasado.

No es sensato vivir peleados con nuestro principal vecino y socio comercial. Conviene negociar con él, exponer con firmeza nuestros intereses, y escuchar con atención los suyos.

Es razonable que los norteamericanos se molesten porque aquí se produce la mayor parte del fentanilo, una droga que hace estragos en la población de ese país.

La tragedia de fentanilo tiene muchas causas, algunas totalmente ajenas a México. La alta demanda de drogas en Estados Unidos por ejemplo, que expresa problemas de fondo en esa sociedad. O la incapacidad del Estado norteamericano de controlar o eliminar el tráfico de estupefacientes en ese territorio.

Pero eso no justifica que las autoridades mexicanas descuiden el combate a la producción y tráfico de sustancias ilegales. Quienes se dedican a eso fácilmente pasan a otras actividades que no dañan a los norteamericanos, sino a la población mexicana: extorsiones, secuestros, asesinatos, cobro de piso.

Es de alegrarse, como diría Ken Salazar, que se les ponga un alto a esos grupos de delincuentes.

Otro problema que preocupa al vecino del norte es el de migración. Ciertamente la migración es un derecho humano. Todos somos o migrantes o descendientes de migrantes (salvo lo habitantes del noreste de África, donde surgió el homo sapiens).

Pero es un derecho de todo Estado defender sus fronteras. La inmigración puede ser positiva para un país, en ciertas formas y cantidades.

No hay manera de no estar de acuerdo con López Obrador cuando decía que hay que combatir las causas de la migración y generar las condiciones para que no se migre por necesidad. Pero creo que muy poco se ha hecho en nuestro país y en otros expulsores de población para generar esas condiciones.

A la migración económica se ha unido en las últimas décadas la migración de población que huye de la inseguridad. A la población centroamericana que migra por esta causa se han unido mexicanos de ciertas zonas del país.

Al igual que no podemos controlar el aire que respiramos o la capa de ozono que están en el territorio nacional, hay otras cosas que no podremos controla. Hay que estar atentos a ellas.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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