A menos de una semana de la llegada de Donald Trump de nuevo a la Casa Blanca para su segundo mandato, y conforme se acerca el momento, se convierte cada vez en el tema que ocupa las conversaciones, y no se diga los espacios de opinión en todos los niveles.
El domingo en Cambios tuvimos oportunidad de abordar el tema con la participación de tres especialistas calificados. Como invitados estuvieron Dalia Grinberg, Rolando Fuentes, Carlos Ernesto Teissier, académicos y consultores, especialistas en política internacional, economía y políticas públicas.
De lo dicho a lo largo de esa hora de la mesa de análisis podría destacar tres puntos importantes; en primera instancia, que México debe antes que centrar su atención en las amenazas o escenarios críticos con el regreso de Trump en resolver los problemas que más allá de ser hipotéticos o probables, los viene arrastrando desde hace mucho tiempo.
No es nuevo el aumento en la elaboración y tráfico de drogas, como la cocaína y el fentanilo en nuestro país. Tampoco es novedad el fenómeno migratorio nos ha acompañado desde hace décadas, y aunque hoy es más visible y parece ir en aumento, es sin duda una de tantas asignaturas pendientes, y además no es privativo de México ni de Latinoamérica.
El segundo a destacar de lo dicho antier en Cambios es que, más allá de centrarnos en el temor que despierta la figura de Donald Trump, tal vez sea prudente e inteligente poner atención en quienes rodean al polémico mandatario electo, sin olvidar el poder y la personalidad de figuras, como el propio empresario Elon Musk, con evidente influencia sobre el futuro cercano de la Unión Americana, dada su postura de ultraderecha vista en temas como el de Alemania o en Gran Bretaña.
Ningún hombre gobierna solo y menos una nación tan diversa y poderosa, por eso será interesante el papel que van a jugar los empresarios en el nuevo gobierno, sobre todo el papel que está jugando Elon Musk y otros que están en el Consejo Asesor.
El tercer punto vertido en la mesa alerta sobre la constante emisión de mensajes “poco positivos” de México hacia otros países que, a juicio de la política exterior, hacen sentir reservas en cuanto a decisiones como la reforma al poder judicial, la desaparición de organismos autónomos y otras más.
Trump no cambiará, “ya es como es”, la pregunta ahora es qué tanto pueden y qué tan dispuestos están los demás políticos y personajes del mundo que lidiarán con él a dejar a un lado el prejuicio y sacar de las crisis una oportunidad.