La mayoría hemos acudido a sus instalaciones por un servicio o algún producto, y como buenos mexicanos entramos por la puerta de salida y abandonamos el lugar usando la puerta de entrada.
Nos quejamos de que tienen más de una caja de cobro y que solamente opere una o dos, que tengamos que hacer fila por un momento mientras un usuario cobra un envío o recarga saldo para su celular, o que algún empleado llegue a ser grosero, mientras que la gran mayoría son atentos y serviciales, pero siempre están ahí para atendernos las 24 horas del día, aunque algunas tiendas no lo puedan hacer y no por su falta de interés, sino por factores externos como la inseguridad.
En un Nuevo Laredo sacudido por la extorsión de la delincuencia organizada, la presencia de 193 tiendas Oxxo cerradas durante una semana puso a prueba la resiliencia de una comunidad que, diariamente, depende de estas tiendas de conveniencia.
Afortunadamente, después de más de una semana de incertidumbre, y de la ingobernabilidad existente en Tamaulipas, las tiendas comenzaron a reabrir, una señal de que la vida sigue su curso a pesar de las adversidades.
En este contexto, resulta interesante observar cómo la cultura mexicana sigue celebrando con fervor, incluso cuando las circunstancias parecen difíciles.
Según un artículo de The Wall Street Journal, en Estados Unidos, los festejos de cumpleaños en oficinas están en declive.
Sin embargo, en México, la tradición de celebrar en los diferentes centros de trabajo cada cumpleaños con entusiasmo no parece estar en riesgo. La idiosincrasia de los mexicanos, caracterizada por su amor a las fiestas y la convivencia, asegura que siempre habrá un Oxxo cerca para comprar refrescos, botanas y algo más, todo lo necesario para hacer de cada cumpleaños una celebración memorable.
Así, mientras enfrentamos retos como la seguridad en los diversos giros de negocios y comunidades, la esencia de nuestra cultura festiva persiste, recordándonos que, a pesar de todo, siempre habrá motivos para celebrar y mantener vivas nuestras tradiciones.
Precisamente “Mi todo” viaja a la sede de Femsa a seguir forjando su destino, mucha suerte y nos vemos pronto.