El Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana se encuentra en el hilo delgado de tratar de llevar una relación cordial con Pemex, la empresa productiva del Estado, como también hacer válido el sentir de los miles de agremiados en todo el país por la situación laboral y las condiciones de trabajo, sobre todos los obreros.
Está por cumplirse un año desde la firma del contrato colectivo entre el director Octavio Romero Oropeza y el dirigente nacional Ricardo Aldana Prieto. Dicho documento específica muchas cosas, desde los obligados "términos y condiciones" hasta exigencias muy puntuales en contar con espacios adecuados, oportunidades de empleos y otros incentivos.
En ese deadline hay dos secciones afectadas por la omisión, desinterés o displicencia de los altos mandos de la antes pujante ex paraestatal, cuya caída comenzó desde el sexenio de Vicente Fox Quesada. La Uno de Ciudad Madero y la 25, radicada en el municipio veracruzano de Agua Dulce (cerca de Coatzacoalcos), hicieron un nuevo llamado y contrastaron los números financieros mostrados al cierre del año pasado.
Aunque por un lado, caso específico de la planta "Francisco I. Madero" en la zona sur de Tamaulipas, recibió una inversión de 8 mil 500 millones de pesos para su rehabilitación y mantenimiento, en la práctica no lo ven.
"A 10 meses de distancia las demandas no han sido escuchadas. Además de la denuncia de inseguridad en las instalaciones por falta de mantenimiento, existen otras violaciones al contrato colectivo de trabajo (CCT), como la congelación de plazas laborales y la falta de entrega de uniformes y equipo de seguridad para desempeñar sus labores", expresaron.
Uno de los tantos pendientes son las 300 plazas sin cubrir en el complejo refinador de más de un siglo en operaciones. Añaden un bloqueo para tramitarlas y, como prueba, está la cortada comunicación. Se enviaron papeles, se fueron a las oficinas, llamadas y todos los medios posibles se agotaron a fin de entablar un diálogo roto a la fecha.
Así, los sindicalizados del sector productivo más importante de México, cuya trascendencia en número y su valor es similar a la educación y la salud, vuelve a alzar la voz.
Víctor Hugo Duránvictor.duran@milenio.com