La última y también única referencia sobre un referéndum en un municipio muy particular de Tamaulipas, Altamira, al contrastar su actividad económica donde se pondera el sector industrial y portuario, contra el arraigo ejidal y la herencia de un crecimiento desordenado, se remonta precisamente a hace seis años, cuando coincidió la jornada con la presidencial.
En aquella ocasión, la entonces abanderada panista Alma Laura Amparán Cruz llevaba por su posición y su estructura, además del cobijo del gobierno estatal bajo los Vientos de Cambio, mucho para ganar y absolutamente nada por perder ante el primer intento oficial de Armando Martínez Manríquez, elegido por Morena. El triunfo de la edil fue notable, inobjetable.
Sin embargo y como sucedió en la entidad, el efecto Andrés Manuel López Obrador y la 4T despertó en muchos habitantes de la llamada urbe industrial un interés por quienes abrazaron esta causa.
El propio Armando fue leal, trabajó estos sectores abandonados por el gobierno municipal y le ayudó en una parte el pleito interno causado por Ciro Hernández en las filas azules, para salir triunfador.
El alcalde con licencia, en el momento actual, enfrenta una alta posibilidad de convertirse en el primer hombre en reelegirse para dicho cargo público.
Diferentes aspectos están a su favor, desde luego, su posición como jefe edilicio, visto con buenos ojos por el habitante promedio, sumándose la marca guinda, también muy popular. ¿Qué le hace el camino más plano? Una competencia muy débil.
En la alianza “Fuerza y Corazón por Tamaulipas” hay tres postulados a Ayuntamientos muy poco aceptados: Yahleel Abdala en Nuevo Laredo, Luis René Cantú en Reynosa y Miguel Gómez Orta, este último, rival de Martínez Manríquez.
Carecen del click, de lo novedoso, de un entusiasmo natural y genuino, de revolucionar las conciencias de los votantes. En resumen, rebuscados.
Esto hace muy sencilla la labor de proselitismo del candidato por la coalición “Sigamos Haciendo Historia”. Si culturalmente la balanza se inclina hacia el dueño del poder en esta ciudad, podemos adelantar una definición segura al lado morenista.
Ahora, el problema para el Prian es si entra parte de su planilla, porque David Valenzuela del PRD les puede sacar un susto.