Para estas fechas del 2026, Tamaulipas y México vivirán ciertas agitaciones cuando los árbitros electorales a nivel estatal y federal abran el camino hacia la elección intermedia, al coincidir con el tercer año de administración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
La mandataria que la semana pasada cumplió un año de tomar posesión, cerrando el domingo con un mitin en el Zócalo una gira por todos los estados, se encuentra con una alta aprobación de la ciudadanía.Son 7.5 de cada 10 habitantes que avalan su trabajo.
A partir de este contexto, los partidos políticos se preparan con sus estructuras. Por la cuestión mediática, la rivalidad y tener las figuras más emblemáticas, Morena y PAN pintan para enfrascarse en otra férrea batalla por lograr adeptos y mantener o arrebatar cargos públicos.
Del lado oficial, la 4T se sostiene desde la simpatía de los seguidores en todas las clases sociales. Reflejándose en la conformación de sus seccionales, en nuestra entidad es un preámbulo para ver qué figuras mantienen la labor de campo y les reditúe en aspirar a una candidatura, si tomamos en cuenta el procedimiento de la encuesta.
No ha sido sencillo para el morenismo. Los escándalos (producto de las muy marcadas divisiones internas y el intento del grupo actual en el poder por separarse de sus antecesores), sacuden sus entrañas, genera sospechas, incertidumbre y varios desencuentros. Algunos parecen entender el mensaje y otros hacen oídos sordos.
La grilla interna tampoco está alejada de los panistas. La prueba inequívoca se dio el pasado domingo con la elección de los consejeros estatales y nacionales, favoreciendo al grupo afín al ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca. La lectura es clara: retener el control del Comité Estatal a cualquier cosa, pero siembra discordia y dudas.
Bajo el mismo modelo, beneficiar a amigos como fieles y en un futuro postularlos a una alcaldía o diputación federal o local, la sospecha es lanzar a Ismael García Cabeza de Vaca como el abanderado a la gubernatura.
La idea es poner en fórmula a Gloria Garza junto con César Verástegui Ostos al frente de la oficina estatal, aunque la unidad es su mayor reto, muy complicado por la necedad del bloque cabecista en imponer todo, por encima de aspirantes competitivos.
El resto de los partidos pintan para ser simples participantes. Así está el ambiente político a un año de iniciar el proceso.
