Política

Los documentos de la Cumbre de Líderes de América del Norte

Relajados y acompañados por sus esposas, la ya icónica fotografía de los tres líderes norteamericanos en el antiguo elevador de Palacio Nacional ha despejado las dudas sobre las relaciones diplomáticas de México, Canadá y Estados Unidos. Después de casi diez años, el primer ministro canadiense y el presidente de EE. UU. volvieron a México a una cumbre que afianza la idea de Norteamérica y la proyecta hacia el futuro. La asociación trilateral, que ha enfrentado retos importantes desde las vetas nacionalistas que permean en los tres países, ahora echa raíz desde la sede del Ejecutivo federal.

La Cancillería, encabezada por el secretario Marcelo Ebrard, logró demostrar que la posición de México en la región es una de fortaleza y liderazgo. Dos muestras fehacientes son el arribo de ambos mandatarios al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), así como el diálogo cercano entre los presidentes López Obrador y Biden a bordo de “La Bestia”. La Unidad para América del Norte dejó en claro la solvencia de México para recibir a los gobernantes más importantes de Norteamérica y para dar contenido a una visión común, tanto hacia el interior como hacia el resto del mundo.

En esa línea, los documentos suscritos en el marco de la cumbre son testimonio de las convergencias de fondo que nos unen. Además de la Declaración de Norteamérica (DNA) y la hoja de ruta que publicamos de manera coordinada —negociadas por Roberto Velasco y Cristina Planter— el canciller Marcelo Ebrard, la ministra Mélanie Joly y el secretario Antony Blinken firmaron la Declaración sobre la Alianza de América del Norte para la Igualdad y la Justicia Racial.

El documento ratifica el acuerdo trilateral que concibe a nuestras sociedades como diversas, antirracistas, inclusivas, igualitarias y democráticas. En ese sentido, es una declaración identitaria en la que México consolida una prioridad de nuestra política exterior: el combate a las expresiones, a veces mortíferas, del supremacismo blanco; la educación como antídoto a la xenofobia; la diversidad como fortaleza y no como debilidad dentro de nuestra geografía compartida.

En el ámbito bilateral, firmamos tres memorandos de entendimiento, dos con Estados Unidos y uno con Canadá. El par de documentos suscritos por los embajadores Esteban Moctezuma y Ken Salazar dan cuenta de una visión común con respecto a cómo entendemos la migración. El primer memorando busca aumentar el número de visas de trabajadores y trabajadoras mexicanas en Estados Unidos con visas H2 (agrícolas y no agrícolas), en reconocimiento a la complementariedad de nuestros mercados laborales. El documento enfatiza la importancia de llevar a cabo contrataciones de forma ética, es decir, promueve una visión de mayor movilidad laboral en la que los derechos laborales de las y los trabajadores se hagan valer.

Lo anterior conlleva mejores protecciones a las condiciones laborales incluyendo, por ejemplo, salarios caídos de personas mexicanas que estén en Estados Unidos o en México; compartir información de manera bidireccional sobre empresas y empleadores que violen derechos laborales; capacitaciones de autoridades estadounidenses a personal de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y de la red consular de México en Estados Unidos para asistir a nuestros connacionales de manera más robusta; reuniones periódicas para la prevención y detección de abuso, fraude o discriminación laboral, entre otras medidas. Además, el memorándum tiene como objetivo atemperar las disparidades laborales en materia de género y aumentar las medidas de inclusión laboral de comunidades indígenas.

El segundo memorándum de entendimiento firmado por nuestros embajadores en Washington y Ciudad de México contempla medidas de cooperación para la protección y reunificación familiar de niñas, niños y adolescentes no acompañados en situación de movilidad. El objetivo es colaborar con organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil para disminuir los cruces irregulares riesgosos de menores de edad, poniendo al centro el interés superior del menor. Por su parte, y en sintonía con la Declaración para la Igualdad y la Justicia Racial, el secretario Ebrard y la ministra Joly firmaron en Palacio Nacional un memorándum de entendimiento sobre la promoción de los derechos políticos, sociales, económicos, espirituales y medioambientales de las comunidades indígenas en México y Canadá.

Los memorandos y declaraciones de la Cumbre de Líderes de América del Norte ofrecen un gran mapa de las convicciones norteamericanas. El combate al supremacismo blanco; la defensa de los derechos laborales frente a excesos del mercado; el blindaje de la democracia en la región y también hacia el exterior, como el caso brasileño; la protección de grupos vulnerables, como las y los menores no acompañados en situación de movilidad; y el reconocimiento de la riqueza que aportan nuestras comunidades y lenguas indígenas son algunos de los valores que hemos suscrito en la X CLAN. Hacia el porvenir, estos documentos son la brújula que nos da identidad y norte como región.

Por Arturo Rocha*


*Coordinador de Estrategia y Políticas Públicas en la Unidad para América del Norte de la SRE

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