La reciente COP30, celebrada por la Comisión de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Belem, Brasil, el pasado noviembre, motivó a México a reforzar su apoyo financiero a sus metas climáticas tanto en el ámbito público como privado. Además, se estaría buscando fortalecer la gobernanza cooperativa ambiental con actores no estatales y comunidades indígenas. Por ello se esperaría que México esté implementando una estrategia ambiental más proactiva y enfocada en los próximos años. Sin embargo, la eliminación gradual de los combustibles fósiles para 2050, propuesta desde la COP28 en Dubái hace más de dos años; el aumento del financiamiento climático para las personas y el medio ambiente, y la implementación de estrategias para construir una sociedad más resiliente al clima siguen siendo retos complejos e inconclusos para México. Por lo que es probable que, concluida la COP30, se observe si México planea realmente afrontar los desafíos del cambio climático o si seguirá confiando en las fuentes tradicionales de energía.
COP 30: Diálogos Globales para un Futuro Compartido:
En estos Diálogos Globales simultáneos a la COP30 participaron instituciones con membresía latinoamericana, tales como la Universidad de Caxias do Sul, el WCI, la Universidad de Westminster, la Universidad de Siena y el IBICT. La iniciativa se enfocó en internacionalización, investigación aplicada y formación en sostenibilidad urbana, analizando temas estratégicos como ciudades, clima, tecnología y justicia socioambiental, y promoviendo el intercambio internacional con expertos en innovación urbana. Entre otros, los diálogos incluyeron el reto de conceptualizar la gobernanza cooperativa, que se vincula a experiencias de coordinación horizontal entre municipios, organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales. Su incremento sostenido en la bibliometría desde 2018 evidencia una transición desde enfoques predominantemente jerárquicos o multinivel hacia modelos colaborativos en la gestión, principalmente migratoria y de movilidad humana, pero también de capital natural y de la economía de la naturaleza.
Se observó que la gobernanza cooperativa opera como un concepto articulador entre regiones con niveles disímiles de capacidad institucional. Por lo que se intuye que la gobernanza cooperativa complementa, y no sustituye, a la gobernanza multinivel. Mientras esta última privilegia la articulación vertical entre distintos niveles de gobierno, la gobernanza cooperativa enfatiza relaciones horizontales, permitiendo analizar cómo ONG, gobiernos locales, redes de la sociedad civil y organismos internacionales coproducen políticas públicas. Este enfoque facilita la comprensión de por qué ciudades fronterizas, tales como Monterrey, Tijuana, Laredo o las eurociudades logran implementar innovaciones aun en contextos de restricciones en la gobernanza de nivel federal.
Y en Monterrey, ¿qué sigue?
Ante conclusiones como las obtenidas durante el COP 30, cabe preguntarse: ¿Cómo podemos apoyar desde nuestro territorio iniciativas de retiro de combustibles fósiles como las que propone la COP? Estas preguntas quedan abiertas a la reflexión de nuestras comunidades, nuestras autoridades y nuestros apreciados lectores.
Gabriela Zapata y Blanca García*
*Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien escribe. Y no representa un posicionamiento de El Colegio de la Frontera Norte.