Política

Horizontalidad y diálogo: los saberes en la ciencia

Cada vez que una innovación o nuevo conocimiento surge, el rigor científico se exige. Cuántas veces no hemos visto notas en redes sociales o medios digitales que hacen referencia a estudios realizados por científicos de instituciones renombradas. Un caso ha sido la investigación que realizó Harvard durante 85 años para responder ¿qué genera una buena vida? Los resultados más destacados indican que, entre las causas se encuentran las relaciones humanas y la inteligencia emocional. Ante esto, cientos de medios de comunicación e instituciones como el Foro Económico Mundial han citado el estudio por la evidencia científica que posee; es decir, que los resultados se basan en la aplicación de entrevistas, cuestionarios, exámenes físicos, evaluaciones de medidas de prevención de salud, pruebas de laboratorios análisis estadísticos, entre otros.

Desde luego, esta forma de generar conocimiento posee larga tradición y es totalmente aceptada en el ámbito académico; sin embargo, hoy día también es necesario abordar otra mirada respecto a la generación de este conocimiento, que en ocasiones no surge de la aplicación de instrumentos, técnicas o análisis estadísticos, sino de los saberes que las personas poseen a partir de su herencia cultural, historia, y experiencias ancestrales.

¿Qué ocurre con ese conocimiento que no es tan visible como el estudio citado? Autores como Boaventura de Souza Santos indican que este conocimiento ha sido negado debido a las formas de hacer investigación que han existido por décadas. Por esta razón, hoy día el artículo 5º de la Ley General en Materia de Ciencia, Humanidades, Tecnologías e Innovación, refiere que la investigación debe reconocer nuevas maneras de entendimiento. Así conceptos como interculturalidad, producción horizontal del conocimiento, el diálogo de saberes y el trabajo colaborativo delinean una visión diferente respecto a la generación de conocimiento en nuestro país.

Por esta razón, la investigadora Sarah Corona Berkin habla de una forma de investigar a partir de voces provenientes de diversas disciplinas científicas que conviven en diálogo con las no académicas. Y es que las personas que viven las problemáticas también cuentan con soluciones desde su propia experiencia, lo que implica para los investigadores e investigadoras vislumbrar nuevas maneras de escuchar, atender y confrontar en diálogo los riesgos que atentan contra la vida social.

Y es que actualmente vivimos una complejidad que en ocasiones no encuentra respuestas en el conocimiento académico en ámbitos como la pobreza o la violencia. El saber desarrollado desde los procesos tradicionales de la investigación, ya no resulta suficientes para proponer soluciones culturales, políticas y económicas que sean coherentes con las formas de vida de aquellas personas que están fuera del ámbito académico y que no ven un problema como un futuro artículo de investigación, sino como parte de su propia vida y existencia.

Así la palabra clave es el “diálogo” que nos permita, como investigadores, producir respuestas que brinden beneficios a la autonomía y mejoren la manera en que convivimos para incrementar la satisfacción de estar en sociedad. De ahí que cuando pensemos en investigación también es necesario pensar que el diálogo es comunicarnos entre distintas formas de ver el mundo y, que a pesar de la diferencia los interlocutores conversan para alcanzar un bien común.


Google news logo
Síguenos en
Varios autores
  • Varios autores
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.