“La tradición también puede ser competitiva, si se innova en la forma de llevarla al mercado.”
En México, las artesanías no solo son productos, son historia, identidad y cultura viva. Sin embargo, detrás de cada pieza hecha a mano, como los famosos bordados “Tenangos” de Hidalgo, se encuentra una realidad desafiante como son ingresos bajos, falta de visibilidad, mercados limitados y un modelo de negocio empírico que frena el crecimiento de las comunidades artesanales.
Una investigación realizada en el municipio de Tenango de Doria propone una solución con gran potencial basada en la innovación en el modelo de negocio como vía para detonar la competitividad del sector artesanal. El estudio plantea que no basta con preservar la tradición; también es necesario conectar con las nuevas dinámicas del mercado.
A través del enfoque Canvas y un modelo omnicanal, que combina canales de venta tradicionales con plataformas digitales, las artesanas pueden expandir su alcance, personalizar sus productos, mejorar el servicio al cliente. El resultado no es solo un aumento en ventas, sino también una mayor valoración del trabajo artesanal.
La propuesta incluye elementos esenciales mediante identificar claramente a los clientes, establecer alianzas estratégicas, usar redes sociales, recibir retroalimentación y mantener la autenticidad de los productos. Todo esto permite a las artesanas pasar de una economía de subsistencia a una de crecimiento.
Este modelo no busca reemplazar las tradiciones, sino integrarlas en una estrategia que les permita competir en un entorno globalizado. La investigación demuestra que, al profesionalizar su estructura de negocio, las mujeres artesanas pueden generar mayor impacto económico sin perder el alma cultural de sus creaciones.
Además, se promueve la capacitación en herramientas digitales, el trabajo colectivo a través de cooperativas y la relación con instituciones públicas y privadas. Esto fortalece no solo al emprendimiento individual, sino al tejido social de la comunidad.
Los beneficios económicos son palpables al diversificar sus canales de venta, las artesanas pueden acceder a mercados nacionales e internacionales, lo que incrementa sus ingresos y reduce su dependencia de intermediarios. Al mejorar la presentación de sus productos, incorporar precios justos y garantizar calidad, las artesanas pueden posicionarse como proveedoras serias y confiables, logrando estabilidad financiera a largo plazo.
Desde el punto de vista social, esta innovación fortalece la cohesión comunitaria y el rol de la mujer como agente de cambio. Al integrarse en redes de colaboración, muchas artesanas encuentran nuevas formas de organización y liderazgo, lo que genera confianza en sus capacidades y empodera a futuras generaciones. Además, al proteger sus derechos culturales y patrimoniales, se promueve un entorno donde la creatividad y la tradición se valoran como motores de desarrollo sostenible.
En un país donde millones de personas dependen del trabajo artesanal, la innovación en el modelo de negocio puede ser la clave para lograr desarrollo económico, inclusión social y preservación cultural.
Gabriela Ortiz Cordero
*Incubadora de Empresas Universidad Politécnica de Tulancingo (UPT)