En un contexto nacional y estatal de diversas geografías de expoliación hídrica por empresas transnacionales como refresqueras, mineras, cerveceras, entre otras, y de movimientos, por parte de pueblos indígenas y no indígenas que hacen frente con sus propios recursos a esos actores privados, a través de acciones colectivas que van desde la protesta social hasta las demandas legales, en la Universidad Intercultural del Estado de Hidalgo que está ubicada en el municipio Tenango de Doria en la región Otomí-Tepehua, en Hidalgo, se lleva a cabo el proyecto “Escuela comunitaria del agua”, que es una iniciativa académica de investigación-vinculación que impulsan algunos profesores-investigadores de esta casa de estudios.
Una característica de las universidades interculturales es que, geográficamente, se ubican en las denominadas regiones bioculturales prioritarias de México, que son enclaves del territorio nacional sumamente importantes porque ahí convergen, por razones evolutivas e históricas, un alto porcentaje de la diversidad biológica y cultural de nuestro país.
En términos generales, este proyecto tiene el objetivo de comprender y documentar las diferentes formas en que se da en la actualidad la relación agua-comunidad, en las localidades rurales e indígenas de dicha región, al mismo tiempo que trata de detectar oportunidades para entablar un diálogo de saberes entre la visión académica y las diversas realidades hídricas de las comunidades indígenas que se encuentran en esta región.
Es un proyecto interdisciplinario en el que participan estudiantes de diversas licenciaturas entre las que destacan desarrollo sustentable, arte y diseño digital y producción agropecuaria sustentable, así como profesores con formaciones académicas distintas como biología, ciencias sociales, arte y diseño digital.
En concreto, este proyecto persigue los siguientes objetivos: 1) identificar de manera participativa en el territorio los cuerpos y/o afluentes de agua; 2) Identificar colectivamente diferentes problemáticas comunitarias en relación con el agua y darles a conocer sus derechos al agua; 3) Generar infografías participativas relacionadas con dicha información y desarrollar una estrategia comunitaria de concientización sobre los usos y la gestión comunitaria del agua y; 4) Dar a conocer diferentes tipos de ecotecnologías que pueden ser usadas por la población para llevar a cabo la captación de agua de lluvia en dichos lugares, de acuerdo con sus necesidades.
En ese sentido, el pasado 11 de mayo se inauguró la primera Escuela Comunitaria del Agua en la comunidad de San Nicolás, en Tenango de Doria, mismo ejercicio que pretende ser replicado en otras comunidades de la región Otomí-Tepehua, de la mano con los sujetos comunitarios, de acuerdo con sus tiempos sociales, necesidades y propuestas en relación con la cuestión hídrica.
Este proyecto traza nuevos caminos para el acercamiento de la universidad a la comunidad, para la comprensión, problematización y acompañamiento de diferentes procesos socioambientales comunitarios, como es el referente al agua. Todo ello es posible a partir de la construcción de puentes epistémicos entre el conocimiento tecnificado y el que han construido las comunidades indígenas por generaciones en relación con el manejo de este vital líquido. Estos ejercicios son necesarios en esta región para el reconocimiento y “desinvisilización” política de las comunidades indígenas a ejercer sus derechos en relación con el agua.
Óscar Adán Castillo Oropeza
Profesor investigador de la UICEH