Estamos a unas semanas de la elección presidencial de EU, que si bien ya venimos cansados de nuestras propias elecciones, ésta no la podemos desairar. Lo que sucede en el país vecino afecta directamente a México. La postura de su futuro presidente y lo que decida en relación a la frontera, T-MEC, nearshoring o seguridad hará que nuestra política se reajuste.
Distintas encuestas coinciden en que hay un empate entre Donald Trump y Kamala Harris, y que todo se decidirá ese día principalmente en los estados clave como Pensilvania, Michigan, Wisconsin o Nevada. Quien gané definirá lo que será nuestra relación bilateral más importante. No podemos olvidar que venimos de un sexenio de parte nuestra lleno de ataques, insultos y rompimiento de la relación principalmente con el embajador estadunidense por opinar en contra de la reforma al Poder Judicial.
Hoy Sheinbaum enfrenta el reto de regresar a una relación de apertura, diálogo y mayor colaboración. Ya lo dijo en su discurso inaugural: “No competimos, sino nos complementamos”. En días pasados canceló la pausa diplomática que AMLO había activado y pidió al canciller José Ramón de la Fuente que resuelva y fortalezca dicha relación. Esperemos resultados.
De ganar Trump, éste ha dicho que subirá hasta 200 por ciento los aranceles de los automóviles provenientes de México, esto con el objetivo de afectar a China y ganarse el voto del Midwest, donde están sus principales votantes y empresas tradicionales. Su discurso de odio hacia los migrantes sigue firme y su deseo de renegociar el T-MEC. Trump se ve a sí mismo como el Tío Sam con garrote, con México y demás países.
Si gana Kamala Harris, la expectativa es el moderar la relación existente con México y diseñar una nueva relación de cooperación, que con Biden no llegó a florecer especialmente en los temas migratorios y por razones del covid-19.
A México le conviene un T-MEC fuerte y con reglas claras, para poder exigir su real cumplimiento. Si aprovechamos el nearshoring, México continuará fortaleciéndose como fabricante para lo que hoy se produce en China u otros mercados, que según lo manejemos puede ser un riesgo o una oportunidad para nuestra economía y la de EU.