“Nada es lo que parece lo esencial es invisible a los ojos”
- El Principito
La Contrarreforma Eléctrica presentada en la Cámara de Diputados no fue diseñada para ejecutarse, muy al contrario, la lectura detallada de su meticuloso diseño revela el genio político de su verdadero propósito: No ser aprobada.
La jugada es magistral y merece un aplauso firme, prolongado y de pie. De hecho las piezas ya están sobre el tablero exactamente en la posición que se pensaron. Como Maradona, Pelé, Cruyff o Di Stéfano, que siempre iban 2 o 3 jugadas adelante del resto de los jugadores, la propuesta de reforma eléctrica es un “bizcocho político”, humeante y esponjoso, listo para salir del horno y “brindarse al público” de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
El modelo ultra monopólico que propone para la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la industria mexicana, el altísimo costo económico, político, ambiental, social e internacional para México, son irrelevantes y se diluyen frente al “bien superior” de empujar un proyecto político. Para que esto último se logre, se requiere una coreografía involuntaria perfecta entre el partido dominante y la oposición. Esta última debe rechazar la propuesta eléctrica para que el partido mayoritario se envuelva en el manto de la reivindicación nacional y acuse a sus adversarios de traicionar a la patria y al pueblo de México. Entre tanto y como en toda tragedia griega, en el trasfondo “los coros” guían al pueblo boquiabierto y lo ayudan a entender lo que sus oídos escuchan: “el canto de las sirenas”:
“El avance de esta gran nación se ve truncado por los conservadores que rechazan esta reforma constitucional y que no son más que tentáculos de los intereses depredadores, ocultos y contrarios al pueblo, que rechazan cínicamente la reivindicación eléctrica para los pobres y desvalidos de este país.” “La auténtica transformación te necesita ahora más que nunca y requiere de tu apoyo otra vez…en 2024”.
Sin embargo, la panadería no es un negocio fácil y para que este “bizcocho político” salga bien necesita tres ingredientes clave:
Desinformación: La mayor parte de la opinión pública debe mantenerse en el desconocimiento total del “contenido real” de la iniciativa y no enterarse de los daños económicos, presupuestales, energéticos, de salud pública, climáticos e incluso políticos que provocaría su implementación durante años para México.

Propaganda anti-mercados: La opinión pública debe estar convencida de que la reforma de 2013 y el mercado eléctrico son un mecanismo perverso en dónde los pobres acaban pagando más que los ricos. Lo cual es brutalmente falso, aunque la verdad y la falsedad de las afirmaciones ya son irrelevantes en el juego de la propaganda política.


¿Qué es lo que realmente propone la Contrarreforma Eléctrica?
Las reformas constitucionales son muy parecidas a los “icebergs”: solo es visible el 10 por ciento de la masa total del hielo. El resto está bajo el agua. Las palabras en una reforma constitucional, que en realidad son pocas comparadas con sus efectos, representan solo la punta. Las implicaciones y consecuencias son la gran masa invisible de hielo y eso representa un reto para comunicarlas, pero también una oportunidad para “desinformar y confundir”.
Servirse del público para la energía eléctrica
Fuente: Gaceta Parlamentaria LXV Legislatura Año XXIV. Artículos 25 Constitucional. 1 de octubre de 2021.
La nueva propuesta en el artículo 25 Constitucional elimina el concepto de “empresa productiva de Estado” y lo sustituye por “organismo del Estado”, un concepto vago que es todo y nada a la vez. Es decir, el estatus de “productiva” que la Reforma Eléctrica de 2013 dio a Pemex y a CFE reconocía tanto la obligación de generar valor económico, como la necesidad de mayores controles corporativos y de transparencia. Aquella intención quedó a mitad del camino (el gobierno mantuvo el control absoluto), pues le faltó incorporar accionistas, lo que habría fortalecido a ambas empresas y a sus verdaderos dueños, que somos todos los mexicanos.
¿Por qué los mexicanos no tenemos acciones de Pemex y CFE?
Quizás la razón es que el efecto inmediato de tener “accionistas explícitos y participativos” sería que los políticos, del partido que sea, ya no podrían meter las manos tan fácil, pues perderían poder y control en favor del pueblo. Aun así, los mexicanos somos “accionistas virtuales” y merecemos controles corporativos así como transparencia sobre nuestra empresa. El gobierno es un administrador (la mayoría de las veces bastante malo) que debe rendir cuentas a los accionistas. En la reforma de 2013 se consolidaron una serie de controles corporativos, financieros, operativos, de transparencia e institucionales, como en cualquier empresa pública o privada que se debe a sus dueños. Ninguna empresa se maneja sola y a espaldas de sus propietarios, pues tiene como obligación ser cada vez más eficiente y ofrecer mejor calidad, es decir, generar valor económico y demostrarlo. Todo esto se esfuma en la nueva contrarreforma.

Fuente: Gaceta Parlamentaria LXV Legislatura Año XXIV. Artículo Transitorio Segundo. 1 de octubre de 2021.
La iniciativa también elimina la obligación legal de “generar valor económico”. Lo que quiere decir que, por ley, la CFE ya no tendrá la obligación de invertir bien y producir más y mejor electricidad a menor costo. La contrarreforma le da un “cheque en blanco constitucional” para que sea más cara, sin ningún límite, y nos ‘cargue el pato’ completo.
En este manjar, la CFE también adquiere, en exclusiva, la planeación y el control del sistema eléctrico nacional. Esto quiere decir que, de un bocado, deglute tanto a la planeación política de la Secretaría de Energía como al Centro Nacional de Control de Energía (Cenace).
Fuente: Gaceta Parlamentaria LXV Legislatura Año XXIV. Artículo 28 Constitucional. 1 de octubre de 2021.
El Cenace tiene la misión de ser el “director de orquesta” de la ‘sinfónica eléctrica nacional’. Este director siempre ha existido y se asegura que cada músico entre a tiempo, que las plantas eléctricas que representen un menor costo siempre sean las que se despachan primero sin importar quién es el dueño.

Fuente: Gaceta Parlamentaria LXV Legislatura Año XXIV. Artículo Transitorio Segundo. 1 de octubre de 2021.
Esto cambiará con la reforma, ahora el director colocará solamente a sus amigos, independientemente de si son buenos músicos o no. Si los amigos no pueden o no quieren, entonces considerará si incorpora algún músico que no sea de la pandilla. Es decir, las plantas de CFE tendrán el “derecho constitucional” de despacharse primero sin importar si son más caras y/o contaminantes.

Fuente: Gaceta Parlamentaria LXV Legislatura Año XXIV. Artículo Transitorio Cuarto. 1 de octubre de 2021.
El siguiente platillo es la Comisión Reguladora de Energía (CRE) que también desaparece en este nuevo esquema. En lenguaje futbolero la función de la CRE es fungir como árbitro, pero en este torneo ya no habrá juez imparcial. Es decir, el equipo CFE jugará y será árbitro a la vez, controlará la alineación de todos los equipos incluyendo el suyo y tendrá al 54% de los jugadores del torneo. Por cierto, también será la dueña del estadio (líneas de transmisión y distribución) y hasta de las chelas.

Fuente: Gaceta Parlamentaria LXV Legislatura Año XXIV. Artículo Transitorio Tercero. 1 de octubre de 2021.
Quiero ser como el Banco de México
Los siguientes platillos se entregan vía los artículos 28 y 27 constitucionales. El primero pone sobre la mesa una jugosa autonomía constitucional para CFE, a la par, por ejemplo, del Banco de México.

Fuente: Gaceta Parlamentaria LXV Legislatura Año XXIV. Artículos 28 Constitucional. 1 de octubre de 2021.
Retomando el lenguaje futbolero, la autonomía significa que el presupuesto del equipo CFE ya no tendrá límites. Es decir, gira cheques sobre cuenta ajena (la nuestra) e invierte en jugadores sin tope ni revisión. Ni siquiera la Secretaría de Hacienda podrá revisarlo, únicamente verá pasar con nostalgia y frente a sus ojos el presupuesto de CFE. Solamente, si acaso, la Cámara de Diputados podrá osar alterarlo o cuestionarlo cada año.
¿Quién va a defender los intereses financieros de los dueños (los mexicanos) frente al monopolio? ¿Quién revisará que CFE no gaste a manos llenas y luego nos pase la cuenta, bajo el grito de ¡Viva México!, vía tarifas o más subsidio?
Por otra parte, el artículo 27 Constitucional otorga a CFE, en exclusiva, toda la cadena de valor de la industria eléctrica, es decir, generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica. El artículo 28 remata, y declara toda la “electricidad” como estratégica. Hasta generar electricidad estática frotándose las manos será inconstitucional.

Fuente: Gaceta Parlamentaria LXV Legislatura Año XXIV. Artículos 27 Constitucional. 1 de octubre de 2021.
Esto es un despropósito. Ni siquiera la República Popular China, paradigma de la propiedad estatal, con la empresa de transmisión y distribución eléctrica más grande del planeta, pretende algo semejante. Ahí generación y transmisión están separados y no corresponden a la misma empresa, pues no confunden competencia y propiedad estatal. Saben que la competencia debe aplicarse también a la propiedad del Estado en beneficio de su gente. Esto, en México, les pasó de noche. ¿Quién va a invertir en electricidad cuando este modelo no existe en ninguna otra parte del planeta?

Fuente: State Grid Corporation of China. http://www.sgcc.com.cn/html/sgcc_main_en/col2019071116/column_2019071116_1.shtml
Prometer no empobrece…dar es lo que aniquila
Al ser la electricidad “constitucionalmente exclusiva del gobierno”, toda inversión eléctrica tendrá que respaldarse con recursos del pueblo: deuda y presupuesto. El equipo CFE jugará contra y para sí mismo: será el único productor y comprador de electricidad.
La colcha del presupuesto no es infinita, más bien es pequeña. ¿Qué gasto se sacrificará: salud, medicinas, educación, vivienda, pensiones, cultura, ciencia, investigación, el apoyo al campo? ¿Tiene México la capacidad de endeudarse para liquidar a todos los jugadores nacionales e internacionales del ‘futbol’ eléctrico (que lo demandarán por expropiarlos)? ¿Cuántos puntos del PIB se le destinarán y cuántos se perderán? ¿Y el cambio climático? ¿La transición a energía limpia? ¿El futuro?
Monopolio autorregulado: ¿Utopía, locura o perversión?
Aquí habrá dos creaciones únicas y nunca vistas. La primera es que CFE, de ahora en adelante, hará sus propias reglas del mercado eléctrico, aplicables a todos los participantes y además, determinará sus propias tarifas sin revisión, es decir, cobrará a los mexicanos (sus dueños) lo que quiera. Esto es contrario a toda lógica y a las mejores prácticas internacionales, “aquí y en China”.

Fuente: Gaceta Parlamentaria LXV Legislatura Año XXIV. Artículo Transitorio Segundo. 1 de octubre de 2021.
La segunda. CFE queda extrañamente o convenientemente excluida del artículo 134 Constitucional (como ninguna otra entidad pública) que habla de “eficiencia, honradez, transparencia y licitación pública” cuando elabore y ejecute los contratos más jugosos de la industria: la compra de energía.

Fuente: Gaceta Parlamentaria LXV Legislatura Año XXIV. Artículo Transitorio Segundo. 1 de octubre de 2021.
¿Transición o traición energética?
Finalmente, el equipo CFE tendrá la “exclusividad constitucional” para desarrollar y “controlar” el futuro. La ciencia, la tecnología y la política industrial alrededor de la transición energética serán controladas exclusivamente por CFE de acuerdo con el artículo 28 constitucional.

Fuente: Gaceta Parlamentaria LXV Legislatura Año XXIV. Artículos 28 Constitucional. 1 de octubre de 2021.
El litio por ejemplo, de explotación exclusiva por el gobierno en la contrarreforma, quedará almacenado para siempre en el subsuelo. Si acaso veremos la creación de un elefante blanco o “Litio-Mex”, que para cuando quede organizado, el almacenamiento de energía a gran escala a través de baterías de litio ya no será la tecnología dominante. ¡De hecho, puede no serlo jamás!
México pone sobre la mesa un embudo constitucional, sin pies ni cabeza, en el peor momento. Justo en la etapa de evolución energética más compleja que ha visto la humanidad, cuando la cooperación pública, social y privada, creatividad, innovación, digitalización, democratización, participación y libertad son la esperanza del planeta.
Cuando el reto que significa la transición energética hacia la economía limpia y el cambio climático pide a gritos la “suma de todos”, México propone cortar todas las arterias hacia el corazón para dejar solamente una: la CFE.

Fuente: Agencia Internacional de Energía. https://www.iea.org/reports/net-zero-by-2050
Sucumbir ante el “canto de las sirenas”
La contrarreforma es sin duda un balón electoral. Un bote mediático que podrá patearse mil veces, se apruebe o no, de aquí al 2024. Pero desde el punto de vista de la industria eléctrica es, además, una manzana envenenada para la CFE. A primera vista podría parecer que la fortalece, pero un análisis cuidadoso revela que la convertiría en un instrumento de operación política, más que en una empresa eléctrica que encara el reto de la evolución tecnológica, la transición energética y el cambio climático.
La politización representa el riesgo más grave para la CFE, la volvería todavía más vulnerable a los vaivenes y prioridades de los ciclos administrativos presidenciales y de los cálculos de operación política en turno. La Dirección General de la empresa se convertiría, formalmente, en una oficina constitucional todopoderosa con fuerte presencia en todos los Estados y derecho de picaporte con todos los gobernadores. Una velada vicepresidencia dentro del gabinete, con rango constitucional, y con todos los distractores que eso conlleva.
Sin duda, el primer orden de prioridades y nombramiento de funcionarios correspondería a la operación política. Quizás, en un muy lejano segundo lugar y dependiendo de la coyuntura política, estaría presente el desarrollo de la industria eléctrica. La transición energética quedará en el olvido.
La CFE adquirirá una complejísima batería de responsabilidades, con un staff directivo de carácter transitorio sexenal y más enfocado que nunca en los quehaceres políticos. Enfrentaría un presupuesto público nacional cada vez más abrumado y con limitaciones crecientes como para cubrir cada centímetro de la industria eléctrica mexicana. Todo esto de cara a una industria global que vive el periodo de cambio tecnológico e innovación energética más agresivo de la historia.
En pocas palabras, tal como le sucedió a Odiseo al regresar de la guerra de Troya, el canto de las sirenas de la contrarreforma la condenaría a ella y a México, si sucumbe, a la auto inanición energética fulminante y mortal. La CFE firmaría su desaparición de aprobarse la contrarreforma.
*Severo López Mestre Arana
Experto en energía y política regulatoria