A pocos días de arrancar formalmente las campañas electorales en conjunto de los candidatos de todos los partidos políticos, para 18 diputados locales y 84 presidentes municipales, los expertos y politólogos en el ámbito electoral esperan una campaña muy peleada dada la inconformidad de aquellos que aspiraban a ser candidatos, especialmente por Morena al tener la posibilidad de ganar únicamente por su color.
Lo anterior les llevará a dividir la fuerza del propio partido ante la percepción ciudadana que esperaba un sistema más democrático con base en encuestas realmente aplicadas y no simplemente el dedazo como se ha hecho a lo largo de la historia.
La mayoría de los expertos hablan y han criticado la forma de elegir y consignar a los candidatos por la simulación que ha dejado entender la dirigencia estatal de Morena respecto a las encuestas y la tómbola manipuladas según los intereses propios; sin embargo, falta una cosa muy importante que los críticos no hemos analizado y esto es la repartición de los candidatos.
La principal interrogante es por qué el Partido Nueva Alianza y Morena acordaron candidatos comunes, mientras que los demás aliados PT y Verde optaron por ir solos.
Esto es un juego que merece el reconocimiento como estrategia inteligente adaptada para encontentar a algunos de los inconformes con fuerte presencia en su municipio, quienes no salieron en la encuesta o tómbola, solo les resta ir por el PT o el Verde como aliando de Morena quien les cobija y puede brindarles la oportunidad de ganar y tener una sola fuerza además de cerrar la puerta a la oposición y representar únicamente contrapeso a Morena para garantizar el recuperar lo perdido a causa de la inconformidad de aquellos aspirantes que pueden jugar como fuego amigo y contra su adversario interno que logró ser candidato.
Todo esto nos lleva a reconocer que la estrategia que implementó Morena con estas reparticiones de las candidaturas fue una forma inteligente para tener la mayoría de los electos a su favor en esta campaña electoral.
