Mientras el movimiento #MeToo se popularizó rápidamente y cientos de miles se solidarizaron, poco se ha escuchado de #WeAreTired, el movimiento nigeriano que está dando la cara y alzando la voz contra la ola de violencia sexual y la impunidad ante los abusos de la policía en ese país africano.
También existe una petición en change.org y el hashtag se ha posicionado en Twitter (aunque muy lejos de la viralidad de #MeToo).
En junio, Nigeria declaró estado de emergencia por las violaciones y la violencia sexual en sus 36 estados. Ese movimiento, en un país donde históricamente se guarda silencio ante esos agravios por ser considerados estigmas, se dio ante los actos de barbarie en mayo y junio: Barakat Bello fue violada y asesinada en su casa, Vera Uwa Omozuwa fue asesinada en su iglesia en la ciudad de Benin, al sur de Nigeria, y una niña de 12 años fue violada por 11 hombres en Jigawa, en el norte de ese país (Global Voices 21/07/2020).
La violencia contra las mujeres es una realidad cotidiana ahí, donde 25 por ciento de las niñas ha experimentado violencia sexual antes de los 18 años, en comparación con el 10 por ciento de niños, según un estudio del Unicef de 2014. Un número que se ha elevado dramáticamente con el confinamiento por la pandemia. No obstante, de acuerdo con voces expertas, es difícil tener un número realista de víctimas, pues la cultura de denuncia no es común en el país.
Por ello, el surgimiento de una voz como la de Tiwa Savage, estrella pop nigeriana que lucha contra la crisis de violación, es algo inusual. Ella fue quien inicialmente lanzó el #WeAreTired en sus redes y se ha distinguido por desafiar los cánones de la sociedad nigeriana, donde las cantantes no tienen el mismo respeto ni apoyo de parte de la industria musical ni del público.
En entrevista para The Guardian, menciona la imposibilidad de cerrar los ojos ante lo que acontece en su país. "La cultura de la violación es tan desenfrenada en Nigeria que apenas puedes escapar de ella", dice. "Eres lo suficientemente desafortunada como para haberlo experimentado (la violación) de primera mano o por medio de alguien cercano".
Si bien la violencia de género es un problema generalizado, los países occidentales en su mayoría cuentan con alguna manera de alcanzar la igualdad para 2030, en línea con el Objetivo 5 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Pero para un país como Nigeria, donde una masculinidad tóxica permea la política, la economía y la sociedad, el reto es particularmente grande, mencionó Ibitoye Segun Emmanuel, funcionario de Monitoreo y Evaluación Regional para la Asociación de Salud Reproductiva y Familiar de Nigeria. “Su gobierno debe fortalecer las leyes sobre violencia y discriminación de género para abarcar la multitud de prácticas culturales”, dice.
Es bueno levantar la voz y que existan como la de Tiwa Savage y sus movimientos en redes. No obstante, poco se logrará si este activismo no pasa a ser política en acciones. La agenda feminista no puede quedarse estancada en victorias pasadas. No solo las voces de las estrellas de Hollywood cuentan. ¿Cuánto más tardaremos en mirar a Nigeria?
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Maestra en Artes y doctora en Educación. Coordinadora del Departamento de Artes y Humanidades del Centro de Investigación y Desarrollo de Educación Bilingüe UANL.
@saraiarriozola