Al parecer no solo al Quijote de la Mancha le gustaba pelear contra molinos de viento, sino también a los congresistas de Estados Unidos. Esto lo podemos comprobar en su encarnizada lucha contra... ¡TikTok!
La Cámara de Representantes de Estados Unidos votó la semana pasada a favor de un proyecto de ley para prohibir el uso de la red social Tik Tok, a menos que corte relaciones con su casa matriz ByteDance y en general con China, pues esta cercanía –según ellos– pone en riesgo “los datos” de millones de estadunidenses, cualquier cosa que esto quiera decir.
Los legisladores votaron 352 a favor de la ley propuesta y 65 en contra, en un raro acuerdo entre demócratas y republicanos en medio de las tensiones electorales.
Si bien el presidente Joe Biden ha anticipado que promulgará la norma –conocida oficialmente como "Ley de Protección de los estadounidenses contra Solicitudes Controladas por Rivales Extranjeros"– una vez que sea aprobada en las dos cámaras legislativas, el futuro en el Senado es más bien incierto, ya que algunos integrantes en la Cámara Alta temen el impacto que les pueda traer el hecho de vetar una red tan popular entre los jóvenes, que pueden representar una parte importante del electorado.
Además, de aprobarse esta ley les daría facultades a los presidentes en un futuro de censurar otras aplicaciones que así consideren de riesgo, aunque no haya evidencia suficiente. Es decir, el sospechosismo elevado a nivel constitucional.
Lo que llama la atención sobremanera es que si la aplicación es un riesgo para Estados Unidos como lo han planteado demócratas y republicanos, ¿por qué sus candidatos no pierden oportunidad de beneficiarse de ésta? De hecho, el actual mandatario y aspirante a la reelección, Joe Biden, recientemente abrió su cuenta en TikTok en un intento por levantar su popularidad. Asimismo, el expresidente y nuevamente candidato republicano Donald Trump pasó de ser férreo opositor a pronunciarse en contra de la cancelación de la plataforma (hasta quien fuera su secretario del Tesoro parece decidido a juntar inversionistas para comprarla).
No vayan a ser malpensados, pero casualidades que hay en la vida, esto sucede justo cuando el financista Jeff Yass –quien tiene una multimillonaria inversión en TikTok– es un importante donante de la campaña trumpista. Estos hechos sin duda ponen en duda la veracidad del ataque enemigo o hace plantear la duda de si solo es un round más en la disputa comercial y tecnológica entre China y Estados Unidos.
Ahora bien, hay un punto innegable. En otros países ya ha habido prohibiciones para acceder a la plataforma, pero solo desde dispositivos gubernamentales: tal es el caso de algunos países de la Unión Europea y de Canadá, cuyo primer ministro Justin Trudeau ha señalado que no piensan ir más allá con la población civil. Pero de mayor relevancia es que en 2023, Reino Unido multó a TikTok con 15.9 millones de dólares por uso indebido de datos de menores de edad.
Y mientras la preocupación de Estados Unidos es que las redes influyan en las elecciones, una batalla que ya dieron contra Meta también, nos olvidamos del riesgo inminente que representan estas plataformas virtuales en general y no solo las chinas: basta recordar casos como grooming, acoso, bullying, trata, etcétera.
Así que en vez de echarle la culpa a TikTok de perder o ganar elecciones, mejor que se desarrollen programas eficaces para su uso responsable. Este storytime promete parte 2. Like y se los cuento.
*Doctora en Educación. Máster en Artes. Especialista en Cultura con enfoque de género.
