Política

Marcas de Fuego

Las marcas de fuego suponían que el libro tenía dueño. En la Nueva España, algunos de los libros impresos tenían una señal encriptada en lo que los estudiosos han llamado “Marcas de Fuego”. Eran el testimonio histórico de una imagen -que ahora llamaríamos “logotipo”- cuyo valor distintivo estaba relacionado como un signo de pertenencia que, sin embargo, era ambiguo e impreciso en cuanto a la datación de este.

Lo que hasta ahora se sabe es que la gran mayoría de las marcas de fuego corresponden -en su gran mayoría- a instituciones de carácter religioso en la época novohispana. El trabajo y la metodología para identificar y clasificar las marcas de fuego, ha sido realizado por la Biblioteca Franciscana de la Universidad de las Américas Puebla y por la Biblioteca Histórica José María Lafragua de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, quienes crearon un Catálogo Colectivo con base en estudios, observaciones sistemáticas y experiencias diversas. Al mismo tiempo, diseñaron una metodología con procedimientos de registros manuales, registros fotográficos y la aplicación del software libre xmLibris.

Hoy en día se han podido identificar 630 elementos, clasificados en 13 categorías, de las cuales 11 corresponden a órdenes religiosas, una más para colecciones particulares, y una más contiene aquellas marcas de fuego aún sin identificación. Las órdenes religiosas son: Agustinas, Betlemitas, Carmelitas, Clero Secular, Dominicas, Franciscanas, Institutos, Jesuitas, Mercedarias, Monjas y Oratorianas.

Las marcas más modernas para dejar en claro la propiedad del libro son mucho más sencillas y, en algunos casos, menos importantes. En la antigüedad no era así de sencillo. Una marca significaba mucho más que una propiedad y, en algunos casos, encontrar algún incunable copiado a mano. De hecho, mucho antes de la imprenta, el exquisito trabajo de copiar a mano un libro no era tarea fácil. “El copista -dice Irene Vallejo en su hermoso libro El Infinito en un Junco- debe leer en el libro que le sirve de modelo un trozo de texto, retenerlo en la memoria, reproducirlo con una caligrafía hermosa y después volver al original engarzando la mirada en el punto exacto donde se había detenido”.

Así que, esta tarea de identificar y clasificar las marcas de fuego es un trabajo que da para muchas, muchas investigaciones en el corto y largo plazo.


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Sara S. Pozos Bravo
  • Sara S. Pozos Bravo
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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