Sabía de las fake news pero no de las deepfakes. Las noticias falsas son “… una presentación intencional de afirmaciones (típicamente) falsas o engañosas presentadas como noticias donde las afirmaciones son diseñadas para ser engañosas” (Introvigne 2018, XLII -citando a Gelfert 2018, 108-). Pero las deepfakes o mentiras profundas van más allá de una presentación intencional de algo que no es verdad; es un contenido nuevo, que es 100% falso, que ha sido fabricado para dañar a alguien y ese daño a veces es irreversible.
¿Existe alguna relación existen entre una deepfakes, un discurso de odio y la reproducción de noticias distorsionadas? ¿Una entre iglesias y persecución religiosa? ¿Esa relación modifica el comportamiento de las personas en su relación con los otros? ¿Cómo influyen en la convivencia social cotidiana estas mentiras profundas? ¿Qué tanto daño pueden hacer en la vida de las personas? ¿Cómo crean estereotipos, prejuicios y discriminación?
Las deepfakes destruyen el honor, la vida y las familias de la persona, y estigmatizan o etiquetan a los grupos, especialmente a los grupos religiosos. Massimo Introvigne –nuevamente citando a Gelfert- refiere que los fabricantes de mentiras profundas lo hacen utilizando cuatro tendencias cognitivas preexistentes y una programación basada en algoritmos matemáticos y de software.
Utilizan la psicología, el lenguaje, las imágenes y las emociones para crear videos “… aparentemente reales que muestran personas haciendo y diciendo cosas que nunca hicieron o dijeron” (Elías 2019).
Lamentablemente, los deepfakes se han convertido en el instrumento predilecto de algunos gobiernos en su persecución contra los grupos religiosos. China, Rusia y, ahora, la fiscalía de California, Estados Unidos, emergen como productores destacados de fake news contra iglesias y líderes religiosos, creando una persecución contra ellos.
En esta era de producción de falsedades y mentiras absolutas, de prejuicios y de odios, los medios de comunicación y las redes sociales catapultan a una sociedad profundamente enferma por consumir el morbo, el espectáculo y la noticia manipulada, porque la mentira, vende aún más que la verdad.