Le pregunté a varias personas que viven de las ventas y apuestan por lo digital: redes sociales, generación de leads y campañas publicitarias. La pregunta fue simple: ¿sabes qué es Andrómeda?
Las respuestas fueron variadas: Para unos, una constelación, para otros, un robot, para otros, una inteligencia artificial. Y lo curioso es que nadie estaba completamente equivocado… pero tampoco todos estaban hablando de lo mismo.
Eso mismo ha pasado con Andrómeda dentro de Meta. Se presentó hace más de un año, pero sigue siendo una de esas piezas que “ya están ahí” y que muchos usan sin entender realmente qué hace, cómo funciona y, sobre todo, cómo puede jugar a favor, o en contra, de tus campañas publicitarias.
Pongámoslo más sencillo.
Andrómeda no es un chatbot ni un asistente que te contesta mensajes. Es el motor que decide qué anuncio ve cada persona dentro de Facebook e Instagram. Su trabajo no es crear anuncios, sino elegir, entre millones de opciones, cuál es el más relevante para cada usuario en ese momento.
Antes, gran parte de esa decisión dependía de reglas humanas: segmentaciones, intereses, ajustes finos y muchas suposiciones. Hoy, Andrómeda hace ese trabajo usando inteligencia artificial para analizar comportamientos, contexto y señales en tiempo real. No busca “el mejor anuncio”, busca el mejor encaje entre mensaje y persona.
Y aquí viene el punto que muchos pasan por alto.
Andrómeda no trabaja bien con anuncios únicos. Trabaja con opciones. Necesita variedad para comparar, aprender y personalizar. Por eso Meta insiste tanto en algo que suena simple, pero no lo es: diversidad creativa.
Diferentes personas reaccionan a diferentes mensajes. Unos conectan con el precio, otros con el beneficio, otros con la urgencia y otros con la prueba social. Si todos tus anuncios dicen lo mismo, la IA no tiene nada que elegir. No optimiza porque no puede.
A eso se le suma la iteración creativa. No se trata de copiar anuncios ajenos ni de duplicar el mismo creativo cambiando colores. Se trata de partir de lo que ya funciona y construir versiones distintas con intención clara. Probar enfoques, no ocurrencias.
Andrómeda no arregla una mala oferta ni un mensaje confuso. Lo único que hace es amplificar lo que ya pusiste sobre la mesa. Si tu estrategia es débil, la IA solo la hará más visible… y más rápido.
Bien utilizada, Andrómeda no genera más ruido, genera mejor coincidencia. El anuncio filtra antes de que alguien haga clic. La conversación empieza mejor. Y los leads que llegan ya vienen más cerca de lo que realmente vendes.
Así que no, Andrómeda no es nueva, y lo que Meta propone con Andrómeda tampoco lo es. En el fondo, sigue siendo lo mismo que siempre ha funcionado: creatividad, iteración, prueba y error, depurar, mejorar y volver a empezar.
La diferencia es que hoy podemos comprobar qué funciona con mayor facilidad y a una escala impensable hace unos años, apoyados en el poder de la IA para testear en mayor volumen y en menos tiempo.
En resumen, el reto no es “usar IA”, sino construir un sistema creativo que le dé a la IA opciones reales para trabajar.
Porque cuando todos tienen acceso a la misma tecnología, lo único que inclina la balanza es tu diferenciador.
