El fallido corazón que el presidente Enrique Peña Nieto intentó dibujar al aire con sus manos retrató a la perfección el colofón de lo que fueron sus seis años de gobierno; la imagen plasmada con sus dedos, simuló un pedazo de mierda bañada por sangre. Ni más ni menos. El epílogo para una administración que se distinguió por la corrupción, los muertos, los desaparecidos y la inseguridad. Las promesas incumplidas y proyectos frustrados son pecata minuta para las laceraciones sufridas por los mexicanos.
El horror, la zozobra, la intranquilidad que vive la sociedad a causa de la inseguridad, es consecuencia de una infame estrategia que nunca existió, se dejó el mando a la deriva, la anunciada Gendarmería Nacional no se logró. El proyecto del Mando Único fracasó. Los muertos superaron a los de Felipe Calderón.
En julio pasado se estableció un nuevo récord en el número de homicidios dolosos en las dos últimas décadas, al registrarse tres mil 17 víctimas en las 32 entidades, de acuerdo al reporte mensual que entrega el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP); dos mil 104 personas fueron asesinadas con arma de fuego, 320 con un arma blanca, 552 con un objetivo no especificado, y en 41 casos se desconoce.
El Registro Nacional de Personas Extraviadas o Desaparecidas (Rnped), ofrece un dato escalofriante, hasta abril de este año, en México había 37 mil 435 personas desaparecidas en los últimos dos sexenios, 22 mil 938 fueron vistas por última vez entre el 1 de enero de 2013 y el 30 de abril de 2018. Según el portal LNN, en 64 meses del gobierno de Peña Nieto hay un promedio de 12 casos de desaparición al día; sin embargo, el reporte lleva poco menos de cinco meses sin actualizarse, por lo que la cifra podría aumentar. Un desaparecido cada dos horas en México.
No se tiene certeza del número de muertos y desaparecidos. Existe un incontable número de familias buscando a sus desaparecidos, a sus muertos, buscando una justicia. Las cifras oficiales y las de los organismos y asociaciones no cuadran. Y cómo se va a saber cuántos son y dónde está si cada vez aparecen más fosas clandestinas.
A poco menos de tres meses para que culmine el sexenio, Peña Nieto, quien no es capaz ni siquiera de dibujar un corazón en el aire, dejará inconclusas muchas de sus promesas. Fueron 266 los compromisos que el presidente saliente se propuso cumplir bajo el eslogan “Te lo firmo, te lo cumplo”. 96 de seis compromisos estaban relacionados con el mejoramiento y construcción de medios y vías de transporte a nivel nacional. Uno de los proyectos que levantaron más polémica fue el tren de alta velocidad que contemplaba reducir tiempos y costos de traslado entre la Ciudad de México y Querétaro.
El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México es otro de los proyectos inconclusos. Peña presentó el proyecto el 3 de septiembre de 2014, considerada la principal obra de infraestructura de su administración con una inversión de 120 mil millones de pesos. Actualmente la obra está inmersa en la polémica toda vez que el presidente electo anunció que convocará a una consulta popular para que los mexicanos decidan si continúa o no.
La prometida Reforma Hacendaria quedó en una simple reforma fiscal, miscelánea similar a la que se hace cada año creando nuevos impuestos o incrementando montos de los ya existentes o inventado nuevas normas reglamentarias con el fin de infligir más carga fiscal a los contribuyentes sin ampliar la base de contribuyentes ni amainando la economía informal.
El balance apunta a un fracaso rotundo en todos los ámbitos, su mejor apuesta fueron las Reformas y las que no son susceptibles de echar abajo por el próximo presidente tampoco han redituado de forma importante en la economía o el bienestar de las familias.
En este contexto es oportuno preguntar: ¿Cuál será el legado de Peña Nieto a los mexicanos? ¿Los miles de muertos y desaparecidos? ¿La ‘verdad histórica’ de los trágicos sucesos en Guerrero en relación con los normalistas de Ayotzinapa? ¿Las ilusorias y fallidas ‘Reformas Estructurales’? ¿Las fugas y capturas del Chapo? ¿La aprehensión y posterior libertad de Elba Esther Gordillo? ¿Las historias de corrupción personal y familiar como la famosa ‘Casa Blanca’? ¿El fallido nuevo TLCAN? ¿La inseguridad, violencia, barbarie y miles de restos humanos descuartizados encontrados en cientos de fosas clandestinas? ¿Las tonterías, ocurrencias y actitudes que lapidaron la institución presidencial? ¿Propiciar el gran hartazgo social y prohijar la transición y consecuente derrumbe de su partido? La gente percibe este sexenio como uno de los peores de la historia moderna. Una administración marcada por la corrupción y teñida por la sangre.
@salvadocosio1
Corazón, mierda y sangre
- Fuente Ovejuna
-
-
Salvador Cosío Gaona
Jalisco /