Política

Nicaragua, pueblo e iglesias con esperanza

Tristeza, impotencia, frustración, indignación provoca a muchas y muchos las noticias sobre Nicaragua, y más con la lectura de la cuarta entrega de “Nicaragua: ¿una iglesia perseguida?

abril 2018-agosto 2023” de Martha Patricia Molina Montenegro (ver: https://bit.ly/41Og0tn), que a través de sus registros puntuales dimensiona y contextualiza lo que dentro y fuera sucede. Sin embargo, la esperanza no ha muerto ni ha sido encarcelada. El trabajo de Molina Montenegro, así como de muchos y muchas nicas, incluso en el silencio en Nicaragua y en el exilio, muestra que se aferran a la libertad, a paz que se construye con justicia, lenta, como el andar de largo plazo.

Con creces, el régimen (Daniel) Ortega-(Rosario) Murillo supera contra el pueblo nicaragüense a la dinastía Somoza (Anastasio Somoza García –“Tacho”–, sus hijos Luis Somoza Debayle y Anastasio Somoza Debayle –“Tachito”–; de 1937 a 1979), sobre todo la época de “Tachito” con quien llegó a su fin tras ser derrocado por el pueblo que arropó y apoyó al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en julio de 1979 orillándolo al exilio y asesinado en Paraguay el 17 de septiembre del año siguiente.

2023, en Nicaragua, en diciembre cerró con una andanada más de la dupla Ortega-Murillo contra la Iglesia católica, secuestrando y encarcelando a sacerdotes y seminaristas, así como al obispoIsidoro del Carmen Mora Ortega, de la diócesis de Siuna, situada en el noreste de Nicaragua, así como la prohibición de manifestaciones en espacios públicos de actividades religiosas e incluso, al extremo de sancionar a quien hiciera oración por los sacerdotes encarcelados, en particular oraciones a favor del obispo Rolando Álvarez, encarcelado desde febrero de 2022 y condenado a 26 años de prisión en febrero de 2023 por negarse al exilio y pérdida de nacionalidad nicaragüense junto con 222 presas y presos políticos que con esas medidas “liberó” el régimen Ortega-Murillo (ver reporte de diciembre 2023 en https://bit.ly/3TRdNeR).

José María Tojeira, S.J. portavoz de la comunidad de la Compañía de Jesús que aún queda en Nicaragua luego del despojo de sus centros educativos, de promoción social y residencias, y quien prologa la cuarta entrega de Molina Montenegro, en agosto del año pasado sintetizó así la situación que se padece: “En Nicaragua se ha instalado un régimen de terror, de cárcel y amenazas mucho más duro del que existió en El Salvador” (ver: https://bit.ly/3OQZUsV).

Sobre la obra de Molina Montenegro señala: “La lectura de este libro-informe puede desanimarnos. Es el poder totalitario y policial del Estado golpeando brutalmente a personas e instituciones de bien. Pero la dificultad de superar la fuerza bruta de una dictadura no debe detenernos. La lectura de este documento nos muestra que sigue habiendo gente preocupada por la verdad y por la justicia. Continúa habiendo personas valientes que contraponen los hechos a la propaganda mentirosa del poder” (pág. 2, https://bit.ly/41Og0tn).

Que podemos encontrar en “Nicaragua: ¿una iglesia perseguida?”. En sus ocho capítulos se expone la metodología aplicada, una explicación de “las hostilidades a la Iglesia Católica en el período de abril 2018 a agosto 2023”, el rol que ha jugado el Vaticano, las hostilidades padecidas contra la Iglesia Cristiana Evangélica, una sistematización de las noticias de las hostilidades a la Iglesia Católica nicaragüense y una sistematización de hostilidades a la Iglesia Cristiana Evangélica nicaragüense, asimismo, un cuadro cronológico de profanaciones, sacrilegios, atentados, robos y ataques en contra de la Iglesia Católica de Nicaragua, así como una cronología de ataques a la Iglesia Cristiana Evangélica de Nicaragua. Es de resaltar que para la cuarta entrega se incorporaron estas Iglesias Evangélicas, también víctimas del régimen.

Si bien los hechos y números sobre estas persecuciones son impactantes, se precisa que no están incluidos “los ataques y agresiones que no han sido publicados en los medios de comunicación, aunque la autora tenga conocimiento de que el evento haya sido real pero no fue autorizado para exponerlos en los medios de comunicación social” (pág. 6).

Lo anterior, precisa, muestra un subregistro de hechos, el cual se explica por tres motivos: “El silencio reiterado de los miembros de la Conferencia Episcopal de Nicaragua(CEN -https://cen-nicaragua.org) y la mayoría de las autoridades eclesiásticas”, “la escasa presencia de los medios de comunicación social, investigadores y de organismos de derechos humanos en el interior del país, y el temor o prudencia de los laicos o miembros de los grupos religiosos al no documentar y exponer las hostilidades”.

A la par de los registros públicos, están los anónimos, las historias personales, el acoso y “silencio” impuesto, la supervisión de comunicaciones de cada nicaragüense que tienen que vivir en el “infierno” impuesto, pues más que llamas encendidas o fuego incandescente para representarlo, es la siembra del miedo, el terror que lleva a la incomunicación, al rompimiento de la confianza, que a la larga puede destruir del tejido fraternal, pero quienes resisten, mantienen esto último para alimentar la esperanza.

Si bien los registros y sistematización de hechos son sobre el interior de Nicaragua, está la situación que viven y padecen las y los nicaragüenses radicados fuera del país, expulsados de su tierra, despojados de su nacionalidad, separados de sus familias, aquellos a quienes se les impide ingresar y regresar, y que, desde Costa Rica, El Salvador, México, Estados Unidos, España, no pierden la esperanza y por distintos medios buscan cómo apoyar a quienes con miedo, incluso terror, esperan un nuevo mañana para volver a cantar como en 1979 con Carlos Mejía Godoy y Los Palacagüina: “Ay Nicaragua, Nicaragüita, la flor más linda de mi querer, abonada con la bendita, Nicaragüita, sangre de Diriangén. /Ay Nicaragua sosmás dulcita, que la mielita de Tamagás, pero ahora que ya sos libre, Nicaragüita, yo te quiero mucho más”.


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Rubén Alonso
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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