De los políticos esperamos cierto desenfado en vez de la acartonada solemnidad que acostumbran, sobre todo los de estas tierras, fatalmente condicionados por los modos de los antiguos tlatoanis y alérgicos a cualquier manifestación de espontaneidad.
Pero, una cosa es que pueda existir mayor frescura en los escenarios públicos y otra muy diferente es que la frivolidad se vuelva la marca de la casa, una suerte de receta para agenciarse, como pretenden ahora los alquimistas de Movimiento Ciudadano (MC), los favores de los jóvenes.
Samuel García, que se había apresurado a apoltronarse de nuevo en el trono de Nuevo León al olfatear que un recién llegado podría escarbar en sus maquinaciones, se arrogó el glamoroso papel de presentador del candidato presidencial de su cofradía. El escenario de la ceremonia republicana lo acondicionó el anfitrión a su gusto, o sea, fue el comedor de su casa y ahí estuvo el flamante aspirante, de nombre Jorge Álvarez Máynez, sentado a la mesa delante de unas chelas debidamente regiomontanas y unos tequilas de procedencias más distantes, para ser ungido como mandan los cánones de la informalidad.
No hubo entrega de bastón de mando pero el fugaz precandidato presidencial dejó bien claro que le estaba traspasando la estafeta a su compadre para que siguiera representando, de manera directísima y en exclusiva, a los jóvenes de la nación mexicana, alardeando no sólo de que sus adversarios de la “vieja política” se habían metido “con la generación equivocada” sino ufanándose de que en los escasos diez días que duró su incursión en las ligas mayores había puesto a “temblar al sistema”, cosa, con perdón, de la que nunca nos enteramos los ciudadanos de este país.
La mujer del arbitrante, una celebridad en la Internet y aspirante a alcaldesa de San Pedro —¡perdón, de Monterrey!—, intervino también y, en modo animadora, le soltó un “¡arráncate, Máynez!” de lo más motivante, siendo además que el destinatario portaba unos tenis de color naranja totalmente “fosfo-fosfo”.
Así compite MC en la carrera hacia la presidencia de México. Así es como pretende el tal partido naranja sabotearle el triunfo a Xóchitl Gálvez. ¿Así piensan que van a cosechar el voto de los jóvenes?
