Al comenzar este Clausura, en las bolas de cristal de muchos comentaristas deportivos se vislumbraban los colores del América para portar los laureles del campeonato. En todo caso, Tigres o Rayados le disputarían el título y nada más. Olvídense ustedes de mis Chivas, del Cruz Azul, del Pachuca, del Santos Laguna, de los Pumas o de los choriceros del Toluca, por no hablar de un equipo con un palmarés excepcional como el León.
Pues, miren ustedes, las cosas ya no se ven tan claras o, por lo menos, se aparecen en el escenario otros candidatos.
Ya no es absolutamente avasallador el dominio de las Águilas, ni mucho menos. Luego de cinco jornadas, a reserva de lo que ocurra este fin de semana y garrapateando este escribidor su artículo a media tarde del sábado 10 (o sea, sin que los resultados confirmen o desmientan sus especulaciones), América ocupaba la tercera posición, un punto por debajo del Pachuca y con los mismos tantos que los referidos contendientes de la urbe regiomontana.
O sea, que ya no es cosa de tres equipos hegemónicos sino que se ha abierto la lucha por el supremo trofeo.
Y no se trata siquiera de la derrota que sufrieron los de Coapa ante un equipo de Nicaragua en la deslucida Champions que se juega en las comarcas de doña Concacaf sino de los otros, o sea, de los clubes que pueden plantarle cara aquí, en las canchas de la Liga MX.
Creo que Cruz Azul ha levantado la mano, miren ustedes, luego de haber estado en fase terminal y ya muchos aficionados proclaman, a los cuatro vientos, que es un muy fuerte candidato a ser campeón.
Dicho todo esto, parece ser que volvemos a lo mismo de siempre en nuestro futbol, a saber, que nadie domina de manera absoluta a todos los demás o que sean dos equipos –hagan de cuenta un Madrid o un Barça— los que estén siempre por encima de los otros. Por cierto, los merengues han acabado con el sueño de esa Cenicienta, el Girona, que se había a aupado al primerísimo lugar de la Liga española, algo que no le había ocurrido en sus 93 años de historia. Lo que decíamos, al final terminan por imponerse los mismos. Alla, en la Península, no aquí.
Siguiendo con el tema del equipo catalán, le queda el sueño de colarse a la Champions League como uno de los cuatro mejores, pero debe disputarle los puntos a tres rivales de mucho peso como el citado Barça, el Atleti y el Atlético de Bilbao. No es una empresa nada fácil, a pesar de lo que han logrado hasta ahora.
En fin, hoy se juega el imperial Super Bowl en la ciudad del pecado y, hablando de los signos que se pueden advertir en las bolas de cristal de los referidos opinadores, en el caso de este seguidor de las Chivas, su aventurada predicción es que van a ganar los Chiefs de Kansas City. Pues eso, oigan.
