El archipiélago de las Malvinas ha sido históricamente objeto de demandas y conflictos entre España, Francia e Inglaterra quienes reclamaron desde el siglo XVII soberanía sobre ellas. Para la ONU es un territorio no autónomo, administrado actualmente por el Reino Unido pero reclamado por Argentina, sin que haya definición a quien pertenece. Este 2 de abril, se cumplieron 36 años de que Argentina invadiera las Islas provocando la respuesta de Inglaterra, produciéndose lo que se conoce como la Guerra de las Malvinas, un hecho ya casi olvidado, menos para quienes vivieron el horror de esa contienda que se prolongó tres meses de aquel año de 1982.
Como he comentado Argentina después de su independencia consideró a las islas parte de su territorio al conquistar su soberanía sobre la soberanía española. En 1820 el gobierno de Buenos Aires envió una fragata a tomar posesión y reafirmar sus derechos en las Malvinas. Nueve años más tarde, ya cuando había explotación de recursos de las islas se creó la Comandancia Política y Militar de las islas Malvinas con asiento en la isla Soledad y jurisdicción indefinida en las islas adyacentes al cabo de Hornos. Mas el 2 de enero de 1833 llegó la fragata de guerra británica HMS Clío, al mando del capitán John James Onslow, quien comunicó al jefe argentino que iba a reafirmar la soberanía británica y retomar posesión de las islas en nombre del Rey del Reino Unido. Así en esas disputas pasó el tiempo hasta la invasión argentina de 1982. El dictador Leopoldo Fortunato Galtieri hizo leva con jóvenes que fueron entrenados escasamente mes y medio y quienes sí mucho habían disparado cinco tiros de pistola o rifle; mal vestidos para el clima de las islas, sin comida suficiente para enfrentarse a una fuerza militar muy superior mandada de inmediato por Margaret Thatcher; acorazados, fragatas, submarinos, aviones de última generación e igualmente jóvenes que como siempre son las primeras víctimas de estas guerras decididas por los viejos políticos.
Hoy en Argentina e Inglaterra estos soldados son olvidados, hasta hace poco 264 ingleses se habían suicidado y 350 argentinos; se reportan, alcohólicos, esquizofrénicos y drogadictos, abandonados a su suerte, como los miles de enfermos veteranos de Viet Nam, vidas truncadas por la intolerancia y el egoísmo humano.
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