Política

Sin oposición

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Hoy detenta el poder uno de los peores presidentes que ha tenido México, y eso que esa vara en nuestro país está al nivel del fango. Pero tenemos la desgracia de padecer el desprecio de López Obrador por la experiencia y la inteligencia, aunado a su ineptitud ejemplar, en tiempos de dos profundas crisis: el covid y el resurgimiento del fascismo, de los nacionalismos xenófobos y autoritarios, en las arenas políticas del mundo.

Montándose en el último asunto, el Presidente se las ha arreglado para atacar todo organismo o persona que sirva de contrapeso a su personalísimo proyecto de poder, o que le obligue a rendir cuentas y a transparentar el uso del mismo. Le ha dado al Ejército carretadas de dinero y prerrogativas impensables desde que los militares dejaron de ocupar Los Pinos, como la seguridad pública y el control de puertos y bancos. Ha bendecido con el presupuesto a proyectos tan faraónicos como anacrónicos e inviables, mientras asfixia ayudas sociales como la cultura, la salud, el combate a la discriminación y a la pobreza. Ha nombrado a más mujeres secretarias de Estado que nadie, pero sólo para relegarlas más fácil mientras él o sus sucedáneos del primer círculo, todos varones, se abrogan las partes más sensibles de esos puestos que acaban siendo, para las damitas, de mero oropel. Y ha construido sus milicias electorales, los servidores de la nación, que se dedican únicamente a asegurar la permanencia de su movimiento en el poder, politizando el bienestar público a cargo del erario.

Olvídense del asesino manejo de la pandemia: las tendencias autoritarias y narcisistas de López Obrador, su incomprensión de las fuerzas económicas y su visión retrógrada y pequeña del mundo hacen imprescindible quitarle un Legislativo que, bajo el control de Morena, se ha convertido en un brazo más del presidente como en las mejores épocas de la dictadura tricolor. Porque a ver quién sigue considerando descabellado que su siguiente movida sea meter, apelando a la crisis económica que nos va a cargar poscovid “como anillo al dedo”, una o dos reformas constitucionales para acogotar aún más nuestras libertades ciudadanas y darle el golpe de gracia a nuestra democracia.

Ante este momento de cuidado, cuando se juegan 500 diputados federales y 15 gobernadores, la oposición ha presentado a sus candidatos. Abandonemos toda esperanza: la amalgama no pasa de probados corruptos, artistas de la farándula o deportistas, desechos de candidaturas mayores, cartuchos quemados o familiares y subalternos de los dirigentes. Olvídense de Quico y de Patricio Zambrano: por el PAN va Margarita Zavala, partido del cual salió cuando no obtuvo la pasada candidatura presidencial, pasando a hacer una campaña independiente que sólo ensució la arena y le restó votos al contendiente que más podía darle batalla a López, sin mencionar la sombra de las más de 200 mil firmas ilícitas que metió al INE. Y del harakiri que se hizo Movimiento Ciudadano al elegir a su impresentable Ken de rancho para la gubernatura de Nuevo León, mejor ni hablemos.

@robertayque

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Roberta Garza
  • Roberta Garza
  • Es psicóloga, fue maestra de Literatura en el Instituto Tecnológico de Monterrey y editora en jefe del grupo Milenio (Milenio Monterrey y Milenio Semanal). Fundó la revista Replicante y ha colaborado con diversos artículos periodísticos en la revista Nexos y Milenio Diario con su columna Artículo mortis
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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