Ayer durante la conferencia mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador incurrió en una contradicción que no debería pasar desapercibida.
Primero recriminó a los medios de comunicación por desinformar, abrazar la posverdad y sostener una fascinación enfermiza por el escándalo; minutos más tarde reconoció que, durante sus intervenciones cotidianas en el Palacio Nacional, a veces se emiten juicios sin pruebas, aunque defendió que eso es mejor que guardar silencio.
“(E)sa desinformación (de los medios) que busca meter miedo a la población o generar enojo contra el gobierno está generando el efecto contrario… (P)or eso les compartimos el llamado que hizo el papa Francisco hace unos días:
A los medios de comunicación pido que terminen con la lógica de la posverdad, la desinformación, la difamación, la calumnia y esa fascinación enfermiza por el escándalo y lo sucio, y que busquen contribuir a la fraternidad humana…”
“Bueno, lo que se hace aquí (en la conferencia mañanera)… (es) un ejercicio de denuncia. A veces algunos se molestan porque se dan nombres y se hacen juicios sumarios sin que haya pruebas. Sí, está mal: hay que moderarnos en eso, hay que tener elementos siempre, pruebas, pero ayuda el que se ventilen estas cosas, es preferible que haya demasiada denuncia a que guardemos silencio”.
Tiene razón el Presidente cuando advierte que la desinformación y las noticias falsas alimentan el enojo de las sociedades en todo el mundo y, por tanto, desgarran la posible fraternidad.
No la tiene, sin embargo, cuando supone que el hablar sin pruebas, el decir mentiroso o la maledicencia teatralizada son solamente obra de los medios de comunicación. La política, a través de algunos de sus líderes, igual altera los ánimos y sala la tierra donde debería germinar la buena voluntad entre los seres humanos. Los juicios sumarios sin pruebas ni evidencia, las denuncias infundadas y la fabricación de culpables son actos cometidos también desde el poder político.
Ciertamente, la posverdad tiene progenitores en todos lados y, por tanto, todos deberían de moderarse, o mejor aún, autocontenerse a la hora de usar la voz.
Zoom: Denunciar sin pruebas no es mejor que guardar silencio, a menos que calumniar o mentir —en demasía— sea mejor que callar.
Ricardo Raphael
@ricardomraphael