El consejo de administración de Tesla acaba de aprobar un nuevo plan de compensación para su CEO, Elon Musk. Con el objetivo de asegurar que el emprendedor “mantenga su atención” en la armadora, estuvieron de acuerdo en asignarle 96 millones de acciones, que Musk tendrá el derecho a comprar si se queda en ese puesto dos años más. Para comprarlas tendría que pagar algo así como 23 dólares por acción.
Al momento en que escribo esto, el precio de las acciones de Tesla en el mercado es de 302 dólares –o sea, las acciones para Musk hoy valdrían 29 mil millones de dólares en total. No es descabellado pensar que de aquí a dos años esas acciones debieran valer mucho más. También pueden valer menos, pero es muy poco probable que lleguen a estar por debajo de 23 dólares.
No es la primera vez que Tesla quiere compensar de esta forma a Musk; la última vez que hicieron algo así terminaron dándole acciones que llegaron a valer más de 50 mil millones de dólares. Ese plan en específico ha resultado en una serie de litigios que de hecho siguen en tribunales.
Pero más allá de meternos a juzgar si es legal o no, correcto o incorrecto, a mí lo que me hace reflexionar todo esto es sobre la motivación. ¿Qué es aquello que nos mueve para trabajar?
Nos guste o no cómo piensa o cómo se comporta Elon Musk, una realidad es que el tipo es bien chambeador. Según lo que narra la biografía que escribió Walter Isaacson, Musk es una máquina para trabajar: duerme poco, tiene poca vida social y fuera de los videojuegos, básicamente no tiene pasatiempos. Eso sí, tiene muchos puestos diferentes, en diversas empresas, y se la pasa el día (y la noche) ‘en friega’. Coincide además que todas son funciones altamente estresantes, muy complejas y llenas de conflictos internos y externos.
¿Por qué? ¿Por qué elige vivir así?
Forbes estima que el patrimonio de Musk asciende a casi 400 mil millones de dólares. Para efectos prácticos, no hay nada que no le alcance a comprar. Por otro lado, abundan las anécdotas sobre su forma de vida —no parece ser alguien a quien hoy le interese vivir entre lujos y comodidades. Todo lo contrario.
Podemos suponer que el dinero, visto como un medio para comprar cosas, es irrelevante para Musk. ¿Entonces? ¿Por qué necesitará el consejo de Tesla pagarle con tantas acciones, que valen tanto dinero?
El caso de Musk es quizá el más extremo, pero evidentemente no es el único. Hay muchísimos empresarios y altos ejecutivos para quienes más dinero no implica una mejora en su nivel de vida.
En algunos casos esto puede llevar a la empresa a resultados mediocres. En México sobran los ejemplos de empresas grandes que, controladas por CEO que “ya lo tienen todo”, se van quedando rezagadas. Por eso me llama tanto la atención el caso contrario, de los CEO que también “tienen todo”, pero que aún así se la parten día a día buscando innovar y crecer. Podrían no hacerlo, y su forma de vida no se afectaría. Entonces, ¿por qué estresarse?
La motivación humana es diferente de persona a persona. En la mayoría de los casos no parece estar ligada a una sola dimensión (no es solo sobre dinero, o solo sobre reconocimiento o satisfacción personal). Es un misterio.
Yo no creo que a Elon Musk le importe lo que puede hacer con el valor de esas nuevas acciones que le están asignando. Lo que sí creo que le importa es sentir que es el CEO mejor pagado en el mundo. En este sentido, ¿qué será lo que mueve a los principales empresarios en México? ¿Más dinero? No creo.