Sociedad

Cuando tres pesos valen una lágrima

  • Historias negras
  • Cuando tres pesos valen una lágrima
  • Raúl Martínez

El lunes 18 de marzo a las 6:30 de mañana, tiritando de frío, Josefina Alcántara llegó a la parada de camiones que se encuentra en la avenida Eloy Cavazos y la carretera a San Roque. Después de 10 minutos de espera, abordó como cada día un camión ruta 224 para dirigirse a su centro de trabajo que se encuentra en la colonia Repueblo.

Como no tiene la tarjeta Feria le entregó al chofer los 12 pesos del boleto, pero el conductor con cierto enojo le dijo que ya había subido la tarifa y que eran 15 pesos. Josefina, que es una mujer de 52 años y empleada de limpieza de una empresa, le dijo que no tenía más y que eso del aumento era mentira. El chofer sin avanzar le dijo que si no le gustaba que se bajara del camión. Josefina no tuvo más remedio que sacar de su monedero los tres pesos y de mala gana se los entregó al chofer.

Con pasos dificultosos por los movimientos del camión se dirigió al fondo donde había un asiento desocupado. Josefina entraba a trabajar a las ocho de la mañana, llevaba buen tiempo. Permaneció algunos momentos con la mirada perdida. De pronto y sin poderlo evitar sollozó. La mujer que iba a su lado, también adulta y de condición trabajadora, con amabilidad le preguntó si le sucedía algo.

Con palabras entrecortadas, Josefina dijo: “Le parecerá ridículo, pero lloro por tres miserables pesos; es decir por seis, por el regreso. Sé que esa irrisoria cantidad para muchos no es nada, pero para mí sí, pues gano a la semana 800 pesos y los ocupo en la casa, en la comida y para lo que alcance. Yo me quedo con 24 pesos diarios para pagar el camión de ida y de vuelta. Ahora no tendré para regresarme. Me da pena pedir prestado, ya que después por poco que sea no tengo para pagarles”...

La otra mujer al escuchar el lamento de Josefina sacó una moneda de 10 pesos y se la dio. No es mucho, pero le servirá para su regreso, le dijo. Las dos mujeres se estrecharon la mano y continuaron su viaje en silencio.

¿Qué son tres pesos? Para muchísimos nada, pero para Josefina y miles de personas, entre ellas obreros, estudiantes y desempleados, sí es mucho, pues aunque parezca mentira desestabilizan su economía y máxime los que ganan poco y tienen que abordar dos camiones para llegar a sus centros de trabajo.

Sin embargo, esos tres pesos que despojaron los pasajeros de la ruta 224 sin duda enriquecerán a los empresarios de los transportes urbanos, pues en un solo día se convertirán en miles. Claro que los transportistas no utilizarán ese dinero en comprar nuevas unidades, ni tampoco en mejorar los sueldos de los choferes. Ellos dirán que es para nivelar las muchas pérdidas que supuestamente han tenido.

Y como siempre, el más perjudicado es el pasajero. No hay quién lo defienda. Los que deberían luchar contra los abusos que sufren los que menos tienen, no hacen algo para evitarlo. Les tiembla la mano cuando se trata de obligar a los empresarios para que ofrezcan un transporte digno y meritorio a los nuevoleoneses, quienes lo pagan. Para colmo, los empresarios del transporte se amparan para aumentar tres pesos más a la tarifa, sin que haya sido autorizada por el gobierno estatal.

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.