Cuando en junio del año próximo se efectúen elecciones para gobernador/a en doce estados de la república, tendrá cinco meses de iniciada la vigencia de Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, instrumento aprobado por la Organización de las Naciones Unidas, con 17 objetivos y 169 metas para alcanzarse en los próximos 15 años, en cinco esferas de acción señaladas de importancia crítica para la humanidad y el planeta: las personas; el planeta; la prosperidad; la paz; y, las alianzas. Es un plan de acción que dará continuidad a los Objetivos de Desarrollo del Milenio y pretende lograr lo que con ellos no se consiguió.
¿Habrá relación entre una elección local, hecho de trascendencia regional, y un acuerdo multilateral de repercusión internacional? Sin duda la hay y de gran relevancia: está inscrita en el ámbito de la globalidad política y la interdependencia económica de los Estados nacionales y sus regiones; y si bien son acuerdos de una alianza mundial, aceptados y comprometidos por los Jefes de Estado y de Gobierno, en un país con sistema federal como el nuestro obligan a la participación y observancia de la autoridad en cada uno de los tres niveles de gobierno.
En ese marco, los Objetivos de Desarrollo Sostenible son una hoja de ruta para los gobiernos locales durante los años que marcarán la primera etapa de su aplicación; de esa gestión dependerá el mejor inicio que asegure su cumplimiento en 2030. Dicho de otra manera: las administraciones públicas estaduales y municipales son corresponsables del resultado que México alcance en este compromiso que propone: poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo; combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos; construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas; proteger los derechos humanos y promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y niñas; garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales; crear condiciones para un crecimiento económico y sostenible, inclusivo y sostenido, una prosperidad compartida y el trabajo decente para todos, conforme los diferentes niveles nacionales de desarrollo y capacidad.
Lamentables experiencias del pasado inmediato exhiben la lejanía de las entidades federativas en el cumplimiento de las obligaciones internacionales del Estado mexicano. El resultado es un saldo únicamente atribuido al gobierno federal quien se hace cargo de todas las consecuencias como si de su exclusiva competencia se tratara, mientras gobiernos locales y ayuntamientos quedan exentos de los faltantes, legal y políticamente.
En el fragor de la lucha partidaria por la obtención de candidaturas -de suyo positiva para la vida democrática-, la pasión política posterga propuestas y proyectos, la ecuación queda invertida en los institutos políticos donde primero se decide a la persona y luego se diseña el proyecto. Colocados en esa realidad, la Agenda 2030 es la oportunidad de no desperdiciar tiempo ni recursos con propuestas de coyuntura e ir sobre una vía segura inscrita en la globalidad, para dar solución a lo regional.
Los Objetivos son: 1. Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo. 2. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible. 3. Garantizar una vida sana y promover bienestar en todas las edades. 4. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida. 5. Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas. 6. Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento. 7. Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna. 8. Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente. 9. Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación. 10. Reducir la desigualdad en y entre los países. 11. Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. 12. Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. 13. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos. 14. Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible. 15. Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar los bosques de forma sostenible, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de la diversidad biológica. 16. Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles. 17. Fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible.
Ahí está el qué. El cómo será planeación conforme a ideologías políticas, competencias constitucionales, particularidades regionales y compromisos personales; para definir leyes, instituciones, infraestructura y procesos sociales necesarios a cada proyecto de gobierno.
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