Cultura

El canto del Ruiseñor

Así se le conocía a la diva sinaloense, Ángela Peralta, quien fue contratada para actuar en la inauguración del entonces Teatro de Alarcón. Obra del arquitecto, Jacobo Gálvez a quien los visitantes y habitantes de Guadalajara, pueden ver, aunque sea en estatua broncificada, obra de otro insigne, recientemente huido a otra dimensión, Miguel Miramontes Carmona, quien fuese decano de los escultores y fundador de la cátedra en la querida Escuela de Artes Plásticas, a petición del gobernador Agustín Yáñez, de donde egresaron: Ramón Villalobos “Tijelino”, Rafael Zamarripa, Ángel Medina, Abelito Bustos, Estanislao Contreras, los hermanitos Aldana, Melitón Salas Renovato, Pedro Jiménez, Martín Distancia, Concepción Andrade y Juan Gutiérrez entre otros; en la rotonda de los hombres ilustres por la calle de independencia,con su espesa barba y su larga capa, al estilo de los tiempos aquellos de sombrero de copa y duelo callejero con sable y florete.

Después de un periplo de estudios y de captación de conocimientos, por la vieja y lejana Europa del joven Gálvez, Guadalajara permanecía tomada a sangre y fuego por las tropas invasoras de Napoleón III y parte de la sociedad de abigarrada alcurnia tapatía lo consentía y lo disfrutaba, aún en la actualidad, hay quien suspire por esos tiempos de europeización de nuestra urbe,

El periódico EL IMPERIO, publicó en su página 4 de setiembre [Sic.] 13 de 1866.

“El Teatro de Alarcón se ha estrenado. La compañía de ópera italiana ha dado sus dos primeras funciones, y la señora Peralta se ha presentado en la escena, habiendo sido recibida en medio de aplausos y flores. Lucía y Traviata han sido las dos magníficas participaciones a que hemos asistido las dos noches últimas; encontrándose su desempeño, en opinión de los inteligentes, a la altura de la belleza que supieron imprimir a sus inmortales creaciones, los genios divinos de Donizzeti y Verdi. Muchas exigencias tenía que llenar la señora Peralta al presentarse por la primera vez, al público de Guadalajara y menester es confesarlo para gloria de México y para su satisfacción, se ha mostrado superior a cuanto de ella nos había contado la fama. En la representación de Lucía, única vez que la hemos oído, hubo instantes en que el entusiasmo de la numerosísima concurrencia que literalmente llenaba el teatro, fue tan grande como la simpatía que en todas partes ha sabido inspirar la prima donna mexicana.

La señora posee en alto grado esa tiernísima música de Italia, con todo su sentimentalismo clásico y arrebatador. Su voz es suave y melodiosa, y las notas de su canto, hablan al alma y son arpones encendidos que traspasan el corazón”

Más abajo en la misma nota, se hace mención de la señorita Alba quien hizo el papel de Violeta en Traviata y del arquitecto Jacobo Gálvez a quien hicieron levantar en más de una ocasión de su palco, para agradecer vítores y salvas de aplausos leyendo en su obsequio los señores Morett y Cevallos composiciones poéticas en alusión al suceso. La inauguración del coliseo.

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Ramón Macías Mora
  • Ramón Macías Mora
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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