La burguesía crea ante todo, a sus propios sepultureros
Karl Marx
Mientras…
En el contexto del espectáculo conocido como corrida de toros, tanto en España, como en otros países, por supuesto México, la crisis se ha acentuado, a partir del surgimiento de los llamados grupos ambientalistas, animalistas y anti taurinos. Lo que han aprovechado algunos pasquineros para llevar agua a su molino, dice Turo en su editorial del reciente número firmado por Joaquín Arjona : “La clase política que lidera este Neo socialismo populista está deseando cortarnos la cabeza y condenándonos a la desaparición” asumiendo Arjona, que él es la fiesta o, que la clase privilegiada es su dueña, alejando a la masa de la esencia que es el pueblo mismo.
A partir, de la aparición de la epidemia del Covid 19 [coronavirus], la industria sin chimenea, ha estado al borde del colapso, ha permitido visualizar, vicios, antes ocultos, las plazas, cerraron forzosamente, inhabilitando a sus actores principales.
Por su parte los encargados de la crianza del toro bravo, han tenido que sacrificar sus reses, ante la escasa demanda propiciada por el fenómeno. Los apoderados de toreros en contubernio con las empresas y autoridades municipales, jamás se ajustarán al reglamento.
Además de que la lidia, requiere de toros con una edad, peso y trapío mínimos, los que se han disparado a causa de la ausencia de festejos y por consecuencia; de su venta, no siendo rentable la permanencia de esta materia prima esencial, en las dehesas o ganaderías.
Algunos criadores españoles, incluso, decidieron sacrificar su ganado, o definitivamente deshacerse de él, vendiendo su hierro.
En México, la tendencia actual, a partir de la ausencia del público en las plazas, propiciadas por los malos manejos de empresarios, ganaderos, autoridades y de las asociaciones de banderilleros y matadores de toros y novillos, han proliferado las mini empresas, a lo que el critico Leonardo Páez, ha llamado “Neo Feudalismo taurino”.
El monopolio, “Tauromafía” encabezado por la empresa del multimillonario Alberto Bailleres, dueño de las plazas de toros de México, de dos ganaderías importantes e intereses en España, ganaderías y empresas organizadoras de festejos, al mando del sevillano Antonio barrera.
Así, excepcionales cortijos, de ricos no tan ricos, como Cinco Villas de Texcoco, el de Alejandro Aceves en Villa Corona, Jalisco, y Casa Toreos, estimulan festejos elitistas alejando a la población sin afición ya, ciertamente de la esencia de la fiesta brava.
¿Quiénes añoran asistir a la plaza en una tarde soleada de domingo? Por supuesto; los que tarde a tarde, pasean su arrogancia, ocupando asientos preferenciales de primera fila y a las terrazas exclusivas a las afueras del coso, propiedad de ellos mismos.
Los fariseos que domingo a domingo ofrecen sus baratijas dentro y fuera del edificio. Los que medran por un pase de cortesía, para luego ir a revenderlo, los que claman por una cerveza o un trago, desde luego sin que les cueste, “El avío” comer sin pagar, beber sin gastar. ¿Quién mató al comendador? Fuente ovejuna…
Ramón Macías Mora