La dinámica electorera en la que se ha caído en los últimos años ha impedido que se deje de lado la disputa ideológica en la confrontación política, solo hay dos bloques como históricamente se han identificado en disputa por el poder y que va más allá de nuestro país, es un asunto que en el trayecto de la humanidad desde la conformación de las estructuras políticas y económicas en diferentes regiones del mundo se han ido perfilando visiones diferentes derivando hasta la actualidad en las formas de conducir al país.
El bloque de la derecha en México (PRI y PAN), identificado con el conservadurismo de antaño, representado en cada una de las etapas que se ha disputado el poder y que logró dominar durante décadas en la época contemporánea, representados por partidos que durante años simularon disputa por el poder pero realmente representaron siempre los mismos intereses de una elite económica que se adjudicó el poder político para hacer grandes negocios y saquear al país, como un elemento que vino a recrudecer un modelo económico que de por sí es un generador de desigualdad social por excelencia.
Esta vertiente política ha carecido de argumento ideológico, se ha caracterizado de solo obedecer a organismos internacionales para implementar su doctrina neoliberal sin poner en el debate público los razonamientos técnicos, políticos, económicos y sociales para defender su modelo que ha causado daños severos a la humanidad, en sus actuaciones como gobierno con la mayoría legislativa hacían todo de lo que hoy se quejan con impotencia de ver pasar avasallantes mayorías parlamentarias con intensa producción legislativa que se avoca a revertir leyes nocivas que se generaron en el antiguo régimen.
Por su parte el movimiento que padeció durante décadas la represión de régimen conservador, que aparte era autoritario, represor, antidemocrático, caciquil, entre otros muchos males; dicho movimiento tuvo siempre firme los ideales y principios del país que se pretendía con la lucha que costó muchas vidas, había siempre planteamientos ideológicos con sobrada argumentación que se ventilaba en todas las formas arcaicas de comunicación porque los medios masivos estaban controlados por el estado, aun así, bien estructurada con símiles en filosofías de diversa época ancladas en lo social, en el humanismo, en el ideal de una sociedad y un gobierno en armonía alcanzando un estatus de humanidad supremo, solidaria, fraterna y generosa entre sí y con otras naciones.
Pero también hay que acentuar que esta vertiente de la izquierda ha perdido su planteamiento ideológico, se ha vuelto inmersa en una dinámica electorera y pragmática, han faltado mecanismos de control del movimiento que hoy es gobierno para tratar de evitar desviaciones en el quehacer político y en el ejercicio del poder, desde un ámbito de gobierno y desde las responsabilidades legislativas, hay personajes que han actuado totalmente a los principios e ideales del movimiento y siguen ahí con toda impunidad acaparando y pretendiendo poder y dinero, en contraste con personajes y familias que aportaron todo en la lucha y se encuentran en el desamparo total.
De la derecha no se espera un cambio en su forma de hacer política en la actualidad, basada en el insulto y la calumnia carente de autoridad política y moral; de la izquierda se ve difícil pero hay la esperanza de qué quien llegue a suceder al Presidente logre reivindicar la ideología con la práctica política, y quien realmente puede hacerlo es quien ha sido parte y lo siente como propio al movimiento por la transformación del país.