Hay un intento de articulación de la derecha en algunos lugares focalizados en el mundo, que realmente no son tantos pero no dejan de tener su impacto mediático y su resonancia es en los países en los que tienen su activismo político y asumen que por el hecho de salir juntos tendrán impacto electoral lo cual deja muy lejos esa realidad como el caso de México que unos cuantos que se traen el discurso anti comunista y con desdén describen como zurdos a quienes se consideran de izquierda, lo cierto es que más allá de las descalificaciones y ofensas queda claro que hay una ausencia de argumento y debate ideológico.
El caso del presidente de Argentina que está avocado más a un activismo internacional con un discurso que distorsiona y descalifica los planteamientos de la izquierda para los cuales reivindica su posición y adepto ideológico por el neoliberalismo que sin tapujos ni reservas reitera su idea de qué el Estado debe de tener una intervención limitada en la regulación de la economía y que el mercado es el conductor de la economía por encima del Estado, que los derechos sociales como la educación y la salud que el Estado debe de garantizar a la población deben ser mercancías y la población debe comprarlas independientemente de su condición económica.
El caso de Argentina se dio el rasgo del conservadurismo medieval, en el que se revirtieron avances en materia de derechos de la mujer como es el caso de la despenalización del aborto como un derecho humano, al respecto se revocaron esos derechos y se instauró de nueva cuenta la penalización como delito a las mujeres que interrumpieran su embarazo asumiendo que el Estado decide por encima de la voluntad de la mujer sobre su cuerpo y proyecto de vida, entre otras más reversiones que se han estado dando en materia de derechos de la mujer como es el suprimir el lenguaje inclusivo.
La derecha se articula en función de intereses económicos y políticos, con un claro planteamiento que va incluso contrario a la evolución que han tenido los derechos humanos en el mundo, en el caso de México quienes representan estas banderas han quedado electoralmente disminuidos, que incluso su convergencia electoral con partidos de centro y supuestamente de izquierda le han evidenciado una incongruencia que junto con el historial de corrupción como un ingrediente adicional los ha puesto en una reducida posición al borde del exterminio político y electoral, prácticamente sin competitividad y sin posibilidades de resurgimiento.
Aun y cuando haya una coordinación en algunos polos como España, México y Argentina de unos cuantos activistas que incluso se pongan al servicio de Estados Unidos como epicentro del neoliberalismo, como promotores serviles de un modelo que ha fracasado en diferentes latitudes del mundo; frente a esa realidad se reivindica el modelo social que se ha instaurado en México irrumpiendo al neoliberalismo, replanteando la responsabilidad del Estado como principal protector de los derechos sociales de la población, que para la derecha es un paternalismo que no debe de instalarse en ningún país.
Para la derecha la pobreza sigue siendo un asunto de mediocridad de algunos como si las oportunidades de desarrollo fueran en circunstancias de igualdad para todos, siguen asumiendo al mundo y a la sociedad de forma clasista con un profundo desprecio a los pobres.