Política

Aspectos de la persona

Nos podemos preguntar cuáles son los aspectos principales que resaltar al hablar de la persona humana, de manera que podamos descubrir la dignidad que le corresponde. A esta pregunta responde el "Compendio de la doctrina social de la Iglesia", que nos propone en primer término que "La persona no debe ser considerada únicamente como individualidad absoluta, edificada por sí misma y sobre sí misma, como si sus características propias no dependieran más que de sí misma".

Como se ve, este punto se aleja de una concepción individualista y nos abre la perspectiva de que cada uno de nosotros no depende solamente de sí mismo y que la perfección no se halla en el individualismo o en el egoísmo. Se afirma también que "el hombre no puede ser comprendido como un simple elemento y una molécula del organismo social cuidando, a la vez, que la afirmación del primado de la persona, no conllevase una visión individualista o masificada".

También se indica, para entender a la persona, que "el alma espiritual e inmortal es el principio de unidad del ser humano, es aquello por lo cual éste existe como un todo en cuanto persona". Se aclara en seguida que "estas definiciones no indican solamente que el cuerpo, para el cual ha sido prometida la resurrección, participará de la gloria; recuerdan igualmente el vínculo de la razón y de la libre voluntad con todas las facultades corpóreas y sensibles. La persona —incluido el cuerpo— está confiada enteramente a sí misma, y es en la unidad de alma y cuerpo donde ella es el sujeto de sus propios actos morales".

Aquí se puede ver también que la perspectiva cristiana no es "espiritualista" en el sentido de que desprecie el cuerpo, sino que considera al ser humano de manera completa.

Se añade todavía que "el hombre, por tanto, tiene dos características diversas: es un ser material, vinculado a este mundo mediante su cuerpo, y un ser espiritual, abierto a la trascendencia y al descubrimiento de «una verdad más profunda», a causa de su inteligencia, que lo hace «participante de la luz de la inteligencia divina".

Así pues, la persona humana posee una dignidad que comprende tanto su individualidad como su sociabilidad, así como su corporeidad y espiritualidad, con su inteligencia para conocer la verdad y su voluntad para buscar el bien. Si queremos respetar a las personas, no podemos olvidarnos de cada uno de estos aspectos. En las confusiones que se presentan en la vida, es conveniente retornar continuamente a estas consideraciones.


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Pedro Miguel Funes Díaz
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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