Política

El Concilio de Nicea

Como se difundió por los medios de comunicación, el papa León XIV visitó recientemente Turquía con motivo de los 1700 años de que tuvo lugar el Concilio ecuménico de Nicea. Además de la importante cuestión histórica para los cristianos, el viaje papal a este país tenía relevancia desde el punto de vista diplomático e incluso del diálogo interreligioso, en concreto con el islam, ya que visitó también una mezquita.

En cuanto al Concilio ecuménico de Nicea conviene señalar que constituye una referencia muy importante no solamente para la Iglesia Católica, sino para los cristianos en general, es decir para los ortodoxos en varias de sus ramas e incluso para los anglicanos y protestantes.

La cuestión central del arrianismo se encontraba en la negación de la divinidad de Cristo, ya que los seguidores de esta corriente veían como incompatible el monoteísmo con la aceptación de la pluralidad de personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo) en Dios. Una palabra clave que para rechazar esta herejía se adoptó en Nicea fue la de “homousios” que, en relación al Padre y al Hijo, significa que son “de la misma sustancia”, o “consustanciales”, o “de la misma naturaleza”. Esto fue establecido en el credo niceno, que usamos generalmente en la misa dominical.

Acerca de este concilio el papa señaló: “La conmemoración del 1700 aniversario del primer Concilio ecuménico de Nicea, celebrada en la víspera de nuestro encuentro, fue un momento extraordinario de gracia. El Concilio de Nicea, celebrado en el año 325 d. C., fue un acontecimiento providencial de unidad. Sin embargo, el propósito de conmemorar este acontecimiento no es simplemente recordar la importancia histórica del Concilio, sino impulsarnos a estar continuamente abiertos al mismo Espíritu Santo que habló a través de Nicea, mientras afrontamos los numerosos desafíos de nuestro tiempo. Estamos profundamente agradecidos con todos los líderes y delegados de otras Iglesias y comunidades eclesiales que quisieron participar en este evento. Además de reconocer los obstáculos que impiden la restauración de la plena comunión entre todos los cristianos —obstáculos que tratamos de abordar mediante el camino del diálogo teológico—, debemos reconocer también que lo que nos une es la fe expresada en el Credo de Nicea. Esta es la fe salvadora en la persona del Hijo de Dios, Dios verdadero de Dios verdadero, homooúsios con el Padre, que por nosotros y por nuestra salvación se encarnó y habitó entre nosotros, fue crucificado, murió y fue sepultado, resucitó al tercer día, subió a los cielos y ha de volver para juzgar a vivos y muertos..”


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Pedro Miguel Funes Díaz
  • Pedro Miguel Funes Díaz
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