Política

¿Qué celebramos?

El 15 de septiembre por la noche, como todos los años, México celebra su independencia. Yo, parada desde mi balcón generacional, por un lado disfruto y celebro el Grito de Independencia de la primera mujer Presidenta.

El grito de independencia femenino, desde la cúpula del poder, fuerte, enérgico, de morado feminista, igualitario, representa un lugar ganado a pulso, carácter y educación. Les enseña a las nuevas generaciones de mujeres no nada más el símbolo de “sí se puede” sino también la senda para que se pueda: una vida entregada a una causa, con determinación, disciplina y coraje femenino. De ese diferente del masculino, donde la sonrisa sabe a un golpe de convicción.

Claudia Sheinbaum es la enseñanza a las mujeres de lo que yo llamo “ir por su pasión”, sin titubeos. Su pasión es México, y su sueño es un país más igualitario. No está copiando a nadie, ni obedeciendo a nadie, sino que fue actora decisiva de lo que ella contribuyó, que es la llamada Cuarta Transformación.

Así, las mujeres aprendemos de Claudia que no importa tu origen, que no tengas miedo de soñar, porque solamente persiguiendo tu sueño, usando tu pasión, tendrás el poder de esculpir tu vida a dónde quieras llegar.

Las nuevas generaciones de jóvenes, hombres, y en especial mujeres, están constreñidas por su entorno adverso, donde las oportunidades que tuvimos Claudia y yo en nuestra generación ya son más escasas en comparación con la demanda, porque son muchos y muchas más hoy. Así, esta generación no sueña, muchos de ellos están confundidos, buscando sobrevivir, estudiar por estudiar, para salir al mundo a buscar “chamba”. Y sí, las oportunidades desafortunadamente se presentan con más frecuencia en la clase media y alta.

Claudia y yo estudiamos en el sistema público, y cuando la entiendo es porque yo también me puse un sueño de ayudar a los más necesitados, cuya determinación me llevó a vencer todas las barreras, a que me vaya bien haciendo el bien. Por eso es que sirvo como eco de la gran mujer que ahora nos representa: que tus ideales sean puros, nunca materiales, porque esos salen como flores en el camino cuando los necesitas, siempre que tu sueño sea alguno que beneficie a la gente. Por eso Adam Smith decía que el empresariado siempre era social, porque tenías que buscar la producción de un bien o un servicio que hiciera bien a la gente, que la gente demanda.

Y el empresariado no tiene qué ser privado, sino, como Claudia, social. Su producto, el bienestar, no tiene precio, la gente lo recibe y paga con su confianza a nuestra presidenta. Y sus resultados son más que satisfactorios: la salida de la pobreza de 13.4 millones de mexicanas y mexicanos, y el pleno empleo. Su sueño hecho realidad. Qué suerte de mujer.

Así que hoy celebramos, hombres y mujeres, pero principalmente las segundas, nuestra independencia de los obstáculos que siempre encontraremos cuando perseguimos un sueño, nuestra independencia de las oportunidades disponibles, porque tú, mujer, hombre, joven o viejo, tienes la libertad de crear tu oportunidad de vivir una vida vibrante, divertida, apasionada, creando tu sueño convirtiéndolo en realidad.

Que Viva México. Que Vivas tú.


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Patricia Armendáriz
  • Patricia Armendáriz
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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