En 2011 iniciaron los movimientos red, que impulsaron diversas revueltas en varios países utilizando las redes sociales como herramienta de difusión y organización. En México resalta el movimiento estudiantil #Yosoy132 y en Nueva York Occupy Wall Street, que tuvo como bandera la lucha contra la desigualdad social, con su lema: “Somos el 99% contra el 1%”.
En 2018 Andrés Manuel López Obrador, apoyado en una campaña de difusión de contenidos en redes sociales, logró ganar la elección presidencial. Desde entonces sus oponentes le han apostado por una campaña propia basada en enrarecer y distorsionar la conversación socio-digital, para imponer el caos comunicativo y desactivar la organización social mediante las redes sociales. En Twitter los algoritmos favorecen los contenidos de los partidos y medios conservadores, lo cual fue comprobado por los mismos científicos de Twitter (https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2025334119).
Esta campaña desinformativa se sustenta en la emisión de rumores y noticias falsas o distorsionadas. Los contenidos que emiten son impulsados por diversos grupos de trolls y bots. Los trolls son personas que, mediante cuentas anónimas, emiten mensajes para ridiculizar o humillar a otros usuarios y tienen como objetivo provocar y generar “debate”; responderle a un troll provoca un incremento de su interacción y esto es lo que venden.
Los bots son cuentas automatizadas que pueden realizar más de 100 retuits en muy poco tiempo; su función es acelerar la interacción para que un hashtag se convierta en tendencia. También están los usuarios reales, que por ideología o descontento no están de acuerdo con el gobierno de la 4T. Si quitamos los trolls y los bots de una tendencia anti-AMLO, la cantidad de personas “reales” son aproximadamente 10% de los usuarios totales de una tendencia.
Los hashtags anti-AMLO han sido más favorecidos en Twitter, convirtiéndose continuamente en tendencias llenas de automatismos, mensajes de odio, discriminación, racismo y clasismo que van contra las propias reglas que tiene Twitter para asegurar la seguridad en su plataforma. La más importante se refiere a que no se puede participar en el acoso dirigido a alguien ni provocar a otras personas a que lo hagan. Vea: https://help.twitter.com/en/rules-and-policies/twitter-rules. Es evidente que Twitter no aplica sus reglas.
* Agradezco al catedrático y especialista en redes @carlosaugustojz por explicarme generosamente el tema.
Patricia Armendáriz
@PatyArmendariz