Tras confirmarse el triunfo del ultraderechista José Antonio Kast este domingo en las elecciones presidenciales de Chile, venciendo por considerable margen a la izquierdista Jeannette Jara -que no pudo con el rechazo hacia el presidente en funciones, Gabriel Boric- se acumulan tres elecciones, con las de Honduras y Bolivia, en las que la izquierda no ha logrado convencer a las mayorías de los beneficios de ese modelo; lo que -sin ser garantía ni premonición, pero sí lección- despierta entusiasmo para el futuro entre los afines a la derecha y en contraste, aunque disimulada, emerge cierta preocupación en algunos integrantes de la izquierda.
La Presidenta Claudia Sheinbaum que esta vez sí emitió, a poco de conocerse los resultados de la elección chilena, un conciso mensaje de reconocimiento y felicitación para el vencedor. A pregunta de la prensa estimó que lo ocurrido en Chile debe analizarse y servir para la reflexión de los movimientos progresistas en América Latina y descartó que algo así se pueda dar en México, “porque hay mucho apoyo popular al gobierno, hay resultados como la disminución de la pobreza y además hay unidad en el movimiento”.
Casualmente, el coordinador de los diputados federales morenistas, Ricardo Monreal, reflexionó al respecto refiriendo que “América Latina vive un péndulo político que deja lecciones claras: la división interna debilita a la izquierda” y planteó que en México se actúe con responsabilidad y tolerancia, siguiendo el ejemplo de la propia presidenta “con austeridad, honestidad y trabajo constante”.
Coinciden en el llamado a evitar divisiones y preservar la unidad, como se prefiera expresar, lo cual evidencia que hay conciencia de los riesgos latentes en el crecimiento de los afanes personales y de camarillas, de los apetitos desbordados que no han podido evitarse ni contenerse ante la abundancia de poder y dinero del que muchos parecen querer o sienten merecer algo, máxime si se percibe complacencia para ello.
Veremos en qué se traduce el llamado a la reflexión, la operación, el liderazgo y el diálogo político que son capaces de ejercer, así como la capacidad de autocrítica y la evaluación de la viabilidad de las decisiones que están tomando, como factor real y sostenible de desarrollo, seguridad y orden, gobernando para todos, porque según se está viendo, sí importan.
En esa misma tónica, no se puede pasar por alto el llamado de atención que en el Estado de México ha hecho con energía el Secretario General de Gobierno, Horacio Duarte, en el contexto de los informes municipales de gobierno, ante los indicios de divisiones internas o falta de resultados notables: “El llamado es a que profundicemos esta forma de gobierno, que es más territorio y menos escritorio. Eso es fundamental para que nadie se esté durmiendo en sus laureles y piensen que la comodidad de los cargos es lo más importante, lo más importante es servir al pueblo y servirlo con dignidad”. Vamos a ver cuántas personalidades se ponen el saco.