La reciente oleada de redadas migratorias en Los Ángeles, California, ordenada por Donald Trump, ha tenido resonancia inmediata en Puebla y la pronta reacción de los gobiernos de la cuarta transformación, comenzando por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y siguiendo con el gobernador Alejandro Armenta.
Ante la detención de decenas de mexicanos y el despliegue de la Guardia Nacional en Estados Unidos, con protestas en Los Ángeles, California, la presidenta Sheinbaum ha alzado la voz en defensa de los migrantes, generando efectos concretos tanto en la política como en la sociedad mexicana.
Desde el domingo, de visita por Puebla, hasta ayer en la Mañanera del Pueblo, Sheinbaum ha sido muy clara en posicionar su mensaje de que los derechos de los migrantes deben respetarse, que es un asunto que requiere cooperación bilateral y que el gobierno de México está dispuesto a seguir trabajando junto con el de Estados Unidos.
Puebla figura dentro de los estados del país con mayor flujo de migrantes hacia los Estados Unidos, por lo que el gobierno poblano está tomando medidas de apoyo y humanismo hacia los connacionales.
En la entidad poblana, con una de las mayores diásporas en Estados Unidos, estos hechos generan preocupación tangible. El flujo de remesas, que sólo en Estados Unidos ascendió a 65 mil mdd en 2024, de los cuales buena parte proviene de poblanos, es estratégico para la economía regional. La incertidumbre que se vive al otro lado de la frontera podría frenar dichas transferencias, afectando a decenas de miles de familias en la entidad.
Como respuesta inmediata, el gobierno estatal ha decidido enviar un equipo de abogados a Los Ángeles para brindar asistencia legal a los migrantes detenidos. Complementando este esfuerzo, la Secretaría de Relaciones Exteriores activó protocolos consulares para proteger los derechos de los connacionales.
La postura de Sheinbaum combina firme defensa de los derechos humanos con una visión pragmática. En sus palabras, “México no es colonia de nadie”, y advirtió que lo que se atenta contra la dignidad de los migrantes repercute en la estabilidad económica y familiar de nuestro país.
La crisis en Los Ángeles, lejos de ser un asunto lejano, deja una huella tangible en Puebla: económica, social y política. La acción decidida y la colaboración entre entidades federales y estatales reflejan una agenda clara: cuidar a los migrantes y con ello preservar el bienestar de las familias poblanas.