Desde una perspectiva feminista, la historia ha sido implacable con las mujeres que se atrevieron a pensar por sí mismas y romper con los roles tradicionales; acusadas, perseguidas y castigadas solo por incomodar al poder del patriarcado. Hoy, esas hogueras medievales vuelven a encenderse con la candidatura de Tania Contreras López.
Algunos medios de comunicación han aplicado a Tania un rasero distinto al utilizado con Xóchitl Gálvez, a quien, acertadamente, no se le cuestionó su idoneidad para cargos públicos pese a que su hermana fue sentenciada a 89 años de prisión por secuestro y otros delitos graves. En cambio, a Tania sí se le ha intentado desacreditar por sus vínculos familiares y sin aportar elementos probatorios.
Candidata a magistrada del Poder Judicial del Estado, Tania ha sido blanco de una campaña sistemática que no busca la verdad, sino deslegitimarla mediante rumores y señalamientos sin fundamento, dejando de lado su sólida trayectoria de 25 años en el servicio público y su formación académica en derecho constitucional, parlamentario y electoral.
La propia Tania lo denunció en un mensaje público: “Me acusan sin una sola prueba, de forma irresponsable me vinculan con grupos criminales… sus palabras ponen en riesgo mi seguridad y la de mi familia”.
Este doble rasero derivó en una campaña de desprestigio que no persigue un delito, sino a una mujer libre, preparada y que no tiene miedo. “La ley está de mi lado, pero se resisten a respetar el Estado de Derecho”, ha afirmado la candidata. Esa resistencia evidencia una cultura que aún no asimila la igualdad plena de las mujeres en la vida pública.
La magistrada Jeanine Otálora ha señalado que la violencia política de género (VPG) también opera con discursos que intentan deslegitimar a las mujeres por su origen, apariencia o autonomía, al sugerir que no tienen méritos propios.
Además, la Sala Superior del TEPJF ha establecido que periodistas y medios solo pueden ser sancionados por calumnia electoral en el ejercicio de su labor informativa, si se prueba intención dolosa y no un ejercicio auténtico del periodismo. Esto protege la libertad de expresión, pero también exige responsabilidad: informar no es difamar.
Las medidas cautelares otorgadas a Tania por el Instituto Electoral de Tamaulipas muestran que sus denuncias aportan elementos que presumen la existencia de calumnia y VPG; asunto que aún espera sentencia.
Hoy, como en el Medievo, no se presentan pruebas, se esparcen sospechas. Y cuando la señalada es una mujer con pensamiento propio, la hoguera del patriarcado arde con más intensidad. No obstante, hoy, como entonces, hay quienes no aceptan arder en silencio y alzan la voz, no solo por ellas, sino por todas las que han sido perseguidas por atreverse a ser diferentes.
Tania Contreras se dice lista para transformar la justicia en Tamaulipas desde la dignidad, no desde la sumisión. Su trayectoria la respalda: ha sido la primera mujer en ocupar cargos clave como la Secretaría General del Congreso local, la presidencia del IETAM y la Consejería Jurídica del Poder Ejecutivo Estatal.
Que sea el pueblo, no la “Inquisición del Patriarcado”, quien lo decida en las urnas el próximo 1º de junio.